El Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha pedido este miércoles “tranquilidad” para que los centros escolares puedan trabajar el reglamento interno aprobado que regula el uso de teléfonos móviles y relojes inteligentes, una cuestión sobre la cual EH Bildu ha cargado tintas contra el Departamento por su “falta de respuesta” a los requerimientos realizados para conocer la evolución del proceso abierto. 

A día de hoy, según ha denunciado la coalición en el Parlamento Vasco, con la información facilitada “no hay manera de saber qué es lo que se ha regulado, si los relojes inteligentes, los móviles o ambos”. Bildu se ha preguntado por el criterio que se está siguiendo en torno a esta cuestión, porque “es incomprensible y contrario a la transparencia”, y a día de hoy “todavía no hemos logrado saber cuál es el mapa de los móviles y relojes inteligentes municipio a municipio. No entendemos la actitud que está teniendo el Departamento de Educación negando esta información”. 

A este respecto, la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, ha reconocido que durante los últimos tiempos “se ha debatido mucho” sobre la necesidad de fijar una normativa específica y ha señalado que “cuando una información no se comunica siempre es por proteger al centro, no hay otro motivo”. 

Hoy por hoy el 85% de los colegios de Primaria de Euskadi tiene totalmente prohibido los móviles y relojes inteligentes en aulas, y sólo un 15% lo permite para uso pedagógico. En Secundaria este último supuesto se autoriza en la mitad de los centros, mientras que una cuarta parte de los colegios públicos de Bachillerato establece una prohibición total en horario lectivo, según datos aportados por el Departamento de Educación.

Se trata de la fotografía actual, un año después de que Educación solicitara la regulación del uso de estos dispositivos en los centros sostenidos con fondos públicos que imparten educación infantil, primaria, educación obligatoria, bachillerato y formación profesional.

En manos de los centros

Euskadi es la única comunidad autónoma en la que se ha dejado en manos de los centros educativos la regulación del uso del teléfono y de los relojes inteligentes, un planteamiento que no comparten las familias que integran la plataforma Altxa Burua, que vienen alertando del “problema de salud pública” que supone el uso desmesurado de pantallas al tiempo que denuncian que la falta de un decreto sobre el empleo del móvil genera “una preocupante e innecesaria incoherencia jurídica en los centros educativos”.

Entienden que ante este problema de salud “sistémico” hace falta una respuesta “unitaria”, por lo que piden a la administración que legisle vía decreto para que todos los centros educativos de Euskadi se conviertan en espacios libres de telefonía.

Durante este tiempo se han alzado otras voces críticas, como la del presidente de la Autoridad Vasca de Protección de Datos, Unai Aberasturi, que ha solicitado que se abra un proceso de reflexión “para pensar muy bien” cómo acometer la digitalización en los centros educativos vascos, consciente de los peligros que acechan.

El 97% de los estudiantes de la ESO dispone en Euskadi de su propio 'smarphone', y lo adquiere a una edad media de once años. La mitad de ellos pasa más de tres horas entre semana navegando en Internet, una sobreexposición que durante los fines de semana se dispara por encima de las cinco horas. El 64% de los estudiantes reconoce llevar el teléfono a clase.