Gipuzkoa necesita familias de acogida para 75 menores, siete con carácter urgente
La Diputación anima a todos los hogares a dar el paso, independientemente de su tamaño o estructura
Llamamiento a la ciudadanía guipuzcoana. En el territorio hay actualmente 75 menores que necesitan vivir con una familia de acogida, y siete de ellos precisan ayuda con carácter urgente. La Diputación de Gipuzkoa ha puesto en marcha una nueva campaña de sensibilización en la que subraya que “ninguna niña, niño o adolescente debería crecer solo”.
Para ello es imprescindible el gesto solidario de la sociedad, el mismo que hace posible que 303 menores de los 848 que tutela la Diputación vivan actualmente en el calor de un hogar.
Cualquier persona o familia que cumpla con los requisitos de “estabilidad, salud, entorno favorable, empatía y compromiso” puede solicitar ser familia de acogida. Así lo hicieron en su día Ana Coloma y Ainara Lasa, dos guipuzcoanas que han participado en la campaña de sensibilización y que este lunes han comparecido en Donostia junto a la diputada general, Eider Mendoza, y la diputada de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña.
Ambas han subrayando la importancia de “vencer el miedo” y de llamar para obtener información, a sabiendas de lo gratificante que puede llegar a ser abrir las puertas del hogar a quien más lo necesita. Coloma dio el paso hace siete años, después de leer en el periódico el llamamiento de urgencia que se hacía, similar al que tiene lugar ahora. “Una de mis mejores amigas era niña de acogida, conocíamos su caso, y no dudamos en ponernos en contacto para informarnos”, rememora.
Agradecimiento por el apoyo recibido
Fue el primer paso que dio junto a su madre y su hermana, una familia que agradece el apoyo que ha encontrado en todo momento por parte de la Diputación y de Lauka, empresa dedicada a intervenciones psicológicas y especializada en acogimiento familiar.
“Nos convertimos en familia de acogida permanente, que no era a priori lo que teníamos previsto. Pasaron cinco años. A mi madre le detectaron cáncer. Fueron dos años de mi vida muy duros, pero a ella le ayudó mucho durante el proceso el niño que teníamos acogido. Le animaba a levantarse cada día queriendo disfrutar”, asegura Coloma.
La enfermedad finalmente le venció, y a Ana se le presentó la oportunidad de convertirse en madre con 29 años. Era algo que ni mucho menos se planteaba, pero lo habló con su hermana y se propusieron seguir adelante, dándole al niño el mejor de los futuros. Asegura “con el corazón en la mano” que lejos de convertirse en ninguna carga, “este niño es lo más maravilloso que nos ha dado la vida. Es mucho más lo que da el niño que lo que pide, es muy fácil de llevar, pero es que además encuentras mucho apoyo durante todo el proceso”, ha insistido, animando a otras familias guipuzcoanas a que brinden a estos pequeños una oportunidad.
La diputada general de Gipuzkoa ha destacado que las familias de acogida "encarnan los mejores valores" del territorio, haciendo referencia al "significado profundo" que tiene en nuestra cultura abrir las puertas de casa a alguien. "Garantizar el bienestar de las y los menores es una de las cosas más importantes que, mirando al futuro, podemos hacer como comunidad", ha subrayado.
"Era madre biológica y quería aumentar la familia"
A Lasa también fue una campaña informativa hace catorce años la que la animó a dar el paso y llamar. “Para entonces era madre biológica y quería aumentar la familia. Llevo ya diez años siendo madre acogedora”, ha explicado esta mujer, que ha atravesado diferentes vicisitudes durante este tiempo. “Como mujer joven y divorciada soy responsable monomarentalmente de la menor. Aunque mi vida ha cambiado y he empezado de cero muchas veces, lo único que no he querido que cambiara era el acogimiento y mi compromiso para que la familia tenga un futuro digno, seguro, lleno de esperanza y oportunidades”, ha subrayado.
La mujer reconoce que se siente especialmente motivada por la campaña de este año. “Es cierto, me han dejado transmitir lo que para nosotras es nuestra familia. Siento una responsabilidad hacia la menor acogida, siendo consciente de que yo tampoco sería nada sin mis padres, mi tía y mis hijos biológicos. Todos remamos a una para formar la familia que somos, que es el motor de nuestras vidas”, ha asegurado.
Romper con los estereotipos
La nueva campaña presentada este lunes rompe con los estereotipos sobre el acogimiento familiar y lanza un mensaje claro, según ha explicado la diputada de Cuidados y Políticas Sociales: “Cualquier familia, independientemente de su tamaño o estructura, puede ser una familia de acogida. No importa si vives solo o si en tu hogar sois 2, 3, 4 o 5 personas. Lo esencial es que ningún niño o niña crezca solo”.
Precisamente, para facilitar el primer contacto de las familias interesadas en acoger, la campaña ha diseñado un número de teléfono simbólico basado en las respuestas de distintas familias cuando se les preguntó por sus miembros: “el número es 6 8 2 5 5 4 4 3 3. Este número busca transmitir que todas las familias son válidas para acoger y que lo esencial es garantizar el bienestar de los menores”, señala la diputada de Cuidados y Políticas Sociales.
Las personas interesadas pueden informarse sobre los detalles del programa en el teléfono 682 554 433 -un número que simboliza que cualquier familia puede adherirse a esta acción solidaria- o la web oficial de la Diputación
Ser familia de acogida implica, de manera altruista, integrar a la persona menor de edad como un miembro más del hogar, garantizando su desarrollo emocional, físico y social en colaboración con la administración. No se trata de una adopción ni un paso previo a ella, sino una medida de protección "basada en el compromiso, el respeto por la historia del menor y la posibilidad de mantener la relación con su familia biológica cuando sea beneficioso”.
"Recibimos una llamada: tenemos una niña que puede estar bien en vuestra casa"
Existen tres tipos de acogimiento: de urgencia, con una duración máxima de seis meses para situaciones de evaluación inmediata; temporal, de hasta dos años, para menores cuya familia de origen tiene posibilidades de recuperación; y permanente, cuando no hay previsión de retorno en un plazo corto. Al alcanzar la mayoría de edad, la convivencia puede continuar si ambas partes lo desean, con apoyo en la transición a la vida adulta.
Mendoza ha mostrado su "agradecimiento y reconocimiento" a quienes han dado el paso de convertirse en familias de acogida. Además, ha animado a aquellas familias que tengan “curiosidad y voluntad de contribuir a la sociedad” que den el paso y se informen sobre esta posibilidad. "Las familias nos cuentan que la tarea de acogida conlleva desafíos, sin duda, pero que a la vez es una experiencia muy valiosa y positiva", asegura.