Los controles en la frontera entre Irun y Hendaia se han dejado notar poco en el primer día de su recuperación.

Quienes han accedido a Iparralde desde Behobia o por el puente de Santiago, apenas se han apercibido de la decisión del Gobierno francés de redoblar la presencia policial en sus fronteras desde el día de hoy.

Los controles policiales debían instaurarse en los tres pasos existentes entre Gipuzkoa y Lapurdi aunque, según ha podido comprobar NOTICIAS DE GIPUZKOA esta mañana, la normalidad era la tónica imperante.

El tránsito peatonal ha discurrido con normalidad Arnaitz Rubio

El Gobierno galo comunicó recientemente a la Comisión Europea su decisión de restituir los controles policiales hasta el 30 de abril de 2025.

En su argumentario, el Gobierno de Emmanuel Macron defendió la idoneidad de la medida por entender que existían “graves amenazas a la política pública, el orden público y la seguridad interna” derivadas de “actividades terroristas de alto nivel” y por la “existencia de redes delictivas que facilitan la migración irregular y el contrabando”.

Una manifestación, convocada por EH Bildu y EH Bai, denunciaba ayer la entrada en vigor de esta medida que “vulnera el derecho a la libre circulación”.

Muy transitado

Son alrededor de 4.000 las personas que, a diario, transitan por los pasos fronterizos para acudir a sus puestos de trabajo. El hecho de que hoy sea festivo, día de Todos los Santos, ha podido favorecer que los efectos de la instauración de los controles hayan sido menos evidentes.

Una mirada al calendario permite comprobar que justo hace un año, el 31 de octubre de 2023, se procedió a la retirada de las vallas que se colocaron con idéntico fin y que fueron calificadas por diversos colectivos como “las vallas de la vergüenza”.

José Antonio Santano, entonces alcalde de Irun, declaró una vez se retiraron los controles, que se había superado “una página negra de la historia local pero también de la Unión Europea”.