Han caído las vallas de la vergüenza, y lo que queda, es lo que siempre habían conocido a ambos lados del Bidasoa, el paso natural del Puente Avenida, que enlaza Irun y Hendaia. “El mismo que nos ha unido a tantas generaciones. Mis abuelos lo transitaron. Yo lo hacía, y vuelvo a hacerlo ahora que se puede. Nos toca fluir, como el río Bidasoa”. Ana Erasun, de origen navarro, vive en Hendaia y trabaja en Irun. Una mujer que daba este lunes rienda suelta a sentimientos a flor de piel mientras transitaba por el puente, por fin abierto desde que operarios franceses retiraron el domingo las vallas, que cortaban el paso desde enero de 2021.

Las denuncias por este “bloqueo incomprensible” han sido incesantes. Basta hablar con los habituales de la zona para advertir que, más allá de su carácter funcional, el Avenida tiene un enorme valor simbólico, social y político. No es extraño por ello que este lunes, los alcaldes de Irun y Hendaia, José Antonio Santano y Kotte Ecenarro, y el primer edil de Hondarribia, Igor Enparan, se hayan citado en este histórico enclave, en muestra elocuente del anhelado reencuentro que venían reclamando.

"Pasamos una página negra de la pequeña historia local pero también de la Unión Europea, que tenía aquí una asignatura pendiente", ha remarcado el primer edil irundarra, quien ha asegurado que su cierre "atacaba los fundamentos de la propia unión y de la libertad de las personas". Santano ha hecho estas manifestaciones en una comparecencia junto a los alcaldes de Hondarribia, Igor Enparan, y de Hendaia, Kotte Ezenarro, después de un recorrido a pié desde ambos lados de la muga, que ha finalizado con un simbólico abrazo en la mitad del puente recién reabierto.

Los alcaldes de Irun y Hendaia, José Antonio Santano y Kotte Ecenarro, y el primer edil de Hondarribia, Igor Enparan, atienden a los medios de comunicación en el Puente Avenida. Ruben Plaza

“¿Política antiterrorista? ¿Control migratorio? Yo lo dejaría en la palabra control. Hoy en día existen diferentes alternativas que se pueden explorar en vez de colocar estas vallas asquerosas y vergonzantes a las que por fin decimos adiós. Las que hemos tenido presentes tanto tiempo”. Erasun, la vecina de Hendaia, expresaba sin ambages su malestar poco después del acto oficial. Es la primera vez que camina por el puente después de tres años. Solo espera que la medida perdure en el tiempo para seguir reencontrándose en esta vía, como siempre había sucedido, con vecinos y familiares.

“Mi familia es de origen navarro, y conozco bien todos los pasos que han estado bloqueados, o mejor dicho, semibloqueados, porque en realidad gracias a nuestro tesón les hemos dado funcionalidad y los hemos hecho operativos. Han sido obstáculos de la vergüenza”, denuncia esta mujer, que no comulga con “el marco que han querido vender para justificar esas medidas”.

Txalaparta en el puente en un día "muy especial"

La Prefectura de los Pirineos Atlánticos anunció el pasado 11 de octubre que una vez terminara el Mundial de Rugby reabriría una serie de pasos fronterizos tanto en Gipuzkoa y Nafarroa -los que alude Erasun- como en Catalunya. La fecha que puso entonces fue la del 30 de octubre, este lunes, si bien los vecinos de Irun y Hendaia que se acercaron a primera hora de la tarde del domingo al Puente Avenida vieron cómo la barrera que impedía el paso en la zona del Estado francés ya había desaparecido. Algo que se ha convertido hoy en motivo de celebración.

Eleuterio Jauregi (dcha) tocando la txalaparta este lunes junto a un amigo en el Puente Avenida. J.N.

La txalaparta resonaba esta mañana con fuerza. “Es un día muy especial después de tres años de cierre. Desde luego que hay que celebrarlo”, dice Eleuterio Jauregi. Este vecino de Hendaia de 67 años, txalapartari, ha trasladado hoy su local de ensayo habitual al propio puente. “Este cierre ha supuesto un estrés psicológico ante una medida artificial que no entendíamos. Entretanto, ver el de Santiago, el enlace principal, abierto, mientras este otro paso peatonal permanecía cerrado en el tiempo nos ha generado mucha rabia e impotencia”, reconoce.

Sobre todo, por lo que entienden una medida arbitraria. “Se ha estado diciendo que la decisión había que entenderla en el marco de una política de contención, pero es que no ha sido verdad. Tanto aquí, como en el paso de Izpegi, que une Erratzu y Baigorri, la gente ha podido sortear la muga sin mayor problema. Todo se ha basado en una mentira, una trampa y una injusticia. La verdad es que hemos estado muy enfadados”, admite.

La de Jauregi fue una de las 12.000 firmas que un colectivo hendaiarra entregó hace unas semanas al alcalde, Kotte Ecenarro, para trasladar el malestar de los vecinos de Irun y Hendaia al prefecto, Julien Charles. “Al final somos víctimas de decisiones que siempre se adoptan lejos de aquí, bien en Paris o en Madrid. Han pasado ya casi tres años del cierre, es mucho tiempo. Esta muga es un paso natural que ha unido de siempre a vecinos de ambos lados del Bidasoa, a arrantzales, a trabajadores de todo tipo, a funcionarios. Ha sido un puente fundamental en época de represión y guerras. A lo largo de la historia ha sido un enlace natural, tan natural como el propio Bidasoa”, señala Jauregi.

Según el comunicado que emitió la Prefectura el pasado 11 de octubre, al parecer, tanto el gobierno galo como el español habrían trabajado durante los últimos meses en un nuevo operativo, “que tiene vocación de permanencia”, el cual “permitirá mantener un nivel de control del espacio fronterizo” similar al que existe hoy en día. Un control para el cual se llegó a plantear el empleo de drones, una medida que fue anulada por la Justicia francesa.

Vulneraciones de derechos: "tratan a los migrantes como si fueran perros"

Dice Ángel María Armendáriz que pasear a diario por la zona le ha convertido en testigo de vulneraciones de derechos. “He visto devolver al puente de Santiago a un montón de migrantes. Te queda una sensación de injusticia, porque siempre la mayor represión va dirigida a los más necesitados. Los pillan enseguida. He visto cómo les cachean en la estación, tratándoles como si fueran perros”, reconoce este vecino de Irun.

La apertura del puente, más allá de su simbolismo, tiene para los vecinos y vecinas de la zona una lectura funcional, como reconoce Koro Jauregi, que pasea con Mertxe Isasa, que tiene visibilidad reducida. “Este paso peatonal te da más garantías, porque el de aquí al lado, el Puente de Santiago, aunque tiene aceras para que los peatones podamos cruzar, no está en las mejores condiciones”, reconoce esta vecina de Behobia.

“Ya veremos, a ver si dura la medida. Desde luego que pensaba que no lo iban a abrir con la alerta antiterrorista en Francia. Daba la sensación de que el conflicto en Palestina iba a ser una excusa perfecta”, indica la hondarribitarra.

Tras el ataque con cuchillo que se cobró la vida de un profesor en el instituto Gambetta de Arras, Francia elevó su nivel de alerta el pasado 13 de octubre. A pesar de este suceso, y de los avisos de bomba en distintos aeropuertos como el de Biarritz, la prefectura de los Pirineos Atlánticos confirmó el jueves durante una visita a Baiona que el anuncio realizado semanas atrás, de reabrir los pasos fronterizos para el 30 de octubre, se mantenía.

Es algo que a los vecinos les ha llamado un tanto la atención, en un contexto en el que la llegada de migrantes a Canarias y los atentados de Paris no parecían apuntar al contexto más propicio para abrir una muga que, precisamente, había estado cerrada bajo la excusa de controles terroristas y migratorios.

Las vallas en el puente han desaparecido, pero a media mañana continuaba la presencia de gendarmes y militares, que durante primera hora llegaron a formar un cordón policial. “A nosotros no nos paran porque somos blancos, pero si tú eres negro te siguen parando igual igual”. Josetxo Arrieta, ex senador de Podemos por Gipuzkoa, es un vecino de Irun amante de largas caminatas, de los que casi a diario camina hasta las rocas gemelas de la playa de Hendaia y vuelta. “Poder venir por aquí y bajar el paseo nos devuelve la libertad. Era lo que habíamos interiorizado con la desaparición de las fronteras, esto era lo normal”, dice Arrieta, que recuerda además el cierre del puente se decretó tras la inversión que había supuesto su rehabilitación.

El Ayuntamiento de Irun invirtió algo más de 2 millones de euros en restaurar esta infraestructura, que "por fin" vuelve a permitir "el paso peatonal y ciclista" y con ello, a ser un elemento que "hace convivencia y genera comunicación" entre las dos ciudades fronterizas.