El tiburón peregrino hallado el pasado 26 de mayo en la playa de Zarauz y, posteriormente, encontrado sin vida en Getaria, sigue en las profundidades marítimas. Tras su avistamiento en Zarautz, el ejemplar se dirigió hacia Getaria, donde lamentablemente fue hallado sin vida el pasado 27 de mayo.

El submarinista Jon Etxebarria, miembro de la sección subacuática de la Real Sociedad, fue quien dio el primer aviso el 27 de mayo del avistamiento del ejemplar sin vida. Al siguiente día, 28 de mayo, otros dos miembros de la sección, Luis Martínez Artola y Daniel Vidaurre, se adentraron al mar en busca del cadáver.

Una vez visto y fotografiado por los submarinistas, los miembros del club subacuático trasladaron el aviso de que había un cadáver animal de “unos cuatro metros” al cuartel de la Ertzaintza de Zarautz.

Avisaron a los agentes de que, al estar muerto, los restos podrían “generar gases que suben a la superficie”, pudiendo generar una “emergencia sanitaria”, declaró Martínez. La Ertzaintza, por su parte, abrió un proceso para extraer el cadáver del mar. Finalmente, decidieron dejarlo en fondo del mar.

Aunque las causas de la muerte se desconocen, Martínez Artola cree que se trata un animal que “fue a morir a la costa”: “Al igual que los animales terrestres, estos, cuando están a punto de morir, van buscando refugio”.

El tiburón peregrino de Zarautz hallado en estado de descomposición

El tiburón peregrino de Zarautz hallado en estado de descomposición Borja Inza Iraola y Luís Martínez Artola

En estado de descomposición

Tras no saber nada del animal durante 11 días, el pasado 5 de junio Borja Inza Iraola y Luís Martínez Artola, miembros de la sección subacuática de la Real Sociedad, han vuelto a encontrarse con el ejemplar en el fondo marino.

El tiburón de Zarautz en estado de descomposición

El tiburón de Zarautz en estado de descomposición Aitor Camarzana

Las imágenes compartidas por Martínez e Inza muestran al tiburón, de unos cuatro metros de longitud, en avanzado estado de descomposición y siendo devorado por peces y otros animales marinos en las aguas de Getaria.

Un gigante inofensivo

Es importante recordar que los tiburones peregrinos son animales que se alimentan de plancton y pequeños peces. Su tamaño, que puede alcanzar hasta 10 metros, puede resultar intimidante. De hecho, se trata de el segundo pez marino más grande del planeta, por detrás del tiburón ballena, pero en realidad son inofensivos para los humanos.