Gran sorpresa a primera hora de la mañana del domingo en la playa de Zarautz. En una hora en la que se mezclan los últimos noctámbulos, los primeros deportistas que salen a aprovechar la jornada y pescadores que se acercan a la costa, un inesperado invitado se ha sumado a la mañana. Según uno de los vídeos que se ha propagado rápido, un tiburón se ha acercado durante unos minutos a la orilla del arenal zarauztarra, para sorpresa de los presentes.

Un escualo que podría ser de la especie de los tiburones peregrinos, según informa EITB, el segundo animal marino más grande del planeta conocido, tras el tiburón ballena. Si esta especie puede superar los 10 metros, el tiburón peregrino adulto se sitúa entre los 8 y 10 metros, con un peso de unas cinco toneladas de media.

El caso del espécimen avistado frente al restaurante de Karlos Arguiñano no parece que sea de esas dimensiones, aunque no ha quitado un ápice de sorpresa para los pescadores que se encontraban en la orilla.

Este pez, de boca enorme que es capaz de tragar 2.000 toneladas por hora que filtran sus branquias, se alimenta de plancton con unos dientes de medio centímetro que poco tienen que ver con los de otros tiburones como el blanco.

Tiburones en Euskadi, más habitual de lo que pensamos

El acervo popular vincula los tiburones con costas de otras latitudes gracias a grandes obras de la literatura universal y el cine, aunque no es del todo así. Los peregrinos, como el aparecido en Zarautz, son vecinos habituales del mar Cantábrico, por ejemplo.

Aun así, tres son las especies más habituales en nuestras costas: el marrajo, la tintorera y la pintarroja. El primero es el mayor de los tres, ya que puede alcanzar los dos metros y aunque se alimenta de peces, puede resultar peligroso para los humanos.

Una circunstancia que se repite con la tintorera y la pintarroja, de menores dimensiones, si se sienten amenazadas.

De hecho, hace 10 años un arrantzale tuvo que ser evacuado de un barco al hospital comarcal del Bidasoa tras ser atacado por un marrajo que se había quedado atrapado en las redes. Ya en el barco, el animal atacó el brazo derecho del pescador gallego, que aunque no revistió excesiva gravedad, su herida motivó un traslado rápido al centro sanitario.