"Estoy segura de que no lo hizo aposta. Es la verdad, no hay otra", ha dicho este martes la hermana de una de los dos fallecidos en el accidente en el que en 2017 el conductor de un Opel Astra que circulaba en dirección contraria chocó en Usurbil contra una ambulancia con un resultado de dos muertos y ocho heridos.

El siniestro tuvo lugar la mañana del 11 de febrero de 2017, cuando el turismo conducido por el inculpado, en el que viajaban otras cinco personas, colisionó en la confluencia de la AP-8 con la variante de Donostia contra una ambulancia ocupada por cuatro viajeros, tras recorrer más de siete kilómetros en dirección contraria.

A consecuencia del impacto murieron un hombre y una mujer que ocupaban el asiento trasero del Opel Astra, mientras que las otras ocho personas implicadas en el siniestro resultaron heridas, dos de ellas de gravedad.

El acusado, de origen marroquí, se enfrenta a una petición de catorce años de cárcel por parte de la Fiscalía, que lo responsabiliza de un delito contra la seguridad vial en concurso de normas con dos delitos de lesiones y otros dos de homicidio con dolo eventual.

En la tercera sesión del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa por estos hechos, la hermana del varón fallecido en este accidente, amigo del acusado, ha explicado que éste ha pedido disculpas por lo sucedido a su familia, que ya le ha "perdonado" porque opina que todo fue "un error".

No lo hizo "aposta"

"Lo conozco suficientemente. Es formal y con la cabeza en su sitio", ha dicho esta mujer, quien ha afirmado con contundencia estar "segura de que no lo hizo aposta".

En otro momento de la vista han declarado dos ertzainas que elaboraron el atestado del siniestro, quienes han explicado que desde que accedió a la vía en dirección contraria, el acusado sobrepasó diferentes líneas, isletas, balizas y señales verticales que advertían de que se trataba de una dirección "prohibida", tras lo que se cruzó con siete turismos, tres camiones, un tráiler y un vehículo de mantenimiento de Bidegi que le dio ráfagas y señales luminosas para alertarle de esta circunstancia.

Han mantenido que el conductor tuvo la oportunidad de salirse de la autopista a la altura de una estación de servicio que encontró en un trayecto que, según han descrito, hizo de manera "temeraria, ilógica y errática".

Han señalado asimismo que el procesado conducía "ajeno a cualquier estímulo del entorno que le rodeaba". Además, dos ocupantes de su coche, en el que irregularmente había seis viajeros, no llevaban cinturón. "Era un desastre total", ha descrito uno de estos policías.

Este agente ha manifestado también que en los 31 segundos transcurridos desde que el coche de Bidegi le hizo señales para advertirle de que circulaba incorrectamente hasta que chocó con la ambulancia, el imputado "tuvo tiempo suficiente para cualquier cosa menos para seguir en sentido contrario".

Tiempo suficiente para reaccionar

Su compañero ha concretado que, durante este más de medio minuto, el acusado no realizó ninguna "maniobra evasiva", mantuvo su velocidad "continua" y la dirección "inalterable", a pesar de que tuvo "tiempo suficiente" para haber reaccionado.

Los dos policías han confirmado igualmente que las dos personas que fallecieron no llevaban cinturón de seguridad, y uno de ellos ha asegurado que, después del siniestro el encausado, manifestó de forma "espontánea" que se había "equivocado" o alguna expresión "parecida".

El Opel Astra, en el que circulaban los dos fallecidos, tras el accidente Iker Azurmendi

Por su parte, la sanitaria de una ambulancia que acudió al lugar tras el accidente ha dicho que cuando evacuaron al acusado al hospital, este le preguntó "si había fallecido". "Estaba desorientado, como en shock y como si no supiera o no fuera consciente de lo que había pasado", ha recordado esta testigo.

El juicio concluirá mañana con las conclusiones definitivas y los informes de las partes, tras la declaraciones de los últimos testigos y la práctica de las pruebas periciales y documentales.

Está previsto que seguidamente, el jueves, el magistrado presidente entregue el objeto del veredicto al jurado que iniciará a continuación sus deliberaciones.