La demanda de vivienda protegida sigue subiendo en Gipuzkoa de forma constante, a un ritmo aproximado del 5% anual desde que se superó la pandemia de covid. En los dos últimos años, en concreto, el alza es del 9,5%. Y son ya 28.837 las personas solicitantes de vivienda protegida en nuestro territorio: tantas como el total de los pisos destinados para alquiler de vivienda habitual, lo que indica lo que ya admiten desde hace tiempo tanto el propio Gobierno Vasco, como las agencias inmobiliarias, que “la oferta es insuficiente, especialmente en Gipuzkoa”.

En dos años 1.500 personas más se han registrado en Etxebide. Siete de cada diez solicitantes de vivienda protegida se decanta por el alquiler. Una opción que además ha aumentado en los últimos dos años, ya que muchas de las personas ni siquiera se pueden plantear una compra. “Estamos hablando de un perfil muy, muy social” de personas, según reconocía en una entrevista a este periódico el director de Planificación y Procesos Operativos de Vivienda del Gobierno Vasco, Mario Yoldi.

El informe actualizado de demanda por municipio que acaba de publicar el Gobierno Vasco proporciona una radiografía de las necesidades existentes en cada uno de ellos y, según fuentes del propio Ejecutivo, “puede ayudar tanto a los propios municipios como a los promotores a ajustar la oferta”. 

Las tendencias principales son dos: se impone el alquiler, que va a más, y por otro lado, se mantiene muy alto el número de solicitantes únicos, que requieren una vivienda para una sola persona. 

Siete de cada diez solicitantes de vivienda protegida en Gipuzkoa se decantan por el alquiler. Este patrón es claro y va en aumento. Hoy en día, sólo el 28,2% de las solicitudes son de compra. La bajada es superior a los tres puntos en dos años, ya que en 2022 el 31,6% de los solicitantes aspiraba a comprar. 

El alquiler es la fórmula elegida por el 71,2%, cuya media de ingresos anuales ronda los 13.500 euros brutos

Eso sí, existen excepciones, y se concentran en localidades de la costa, donde las estadísticas se invierten por completo y dos de cada tres personas solicitan comprar en vez de alquilar. 

El caso de Getaria es ahora mismo el más destacado, con un 66,5% de solicitudes de compra, frente a un 33,5% de alquiler. Supera ya a Zarautz, que le llevaba la delantera hasta ahora y tiene un 65,7% de solicitudes de compra y un 34,3% de alquiler. En Donostia, para hacernos una idea, sólo un 31,2% se plantea comprar vivienda pública.

Por debajo del salario mínimo

La renta anual media que perciben los solicitantes de alquiler en Etxebide no llega a los 13.500 euros brutos en la mayoría de municipios de Gipuzkoa. Y se sitúa en torno a los 14.500 en el caso de Donostia. En todos los municipios, los ingresos de estas personas están por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) fijado en 15.876 euros y que equivale a 1.134 euros mensuales en 14 pagas.

Si profundizamos más en los datos de Donostia, donde se concentran la mitad de las solicitudes de vivienda protegida de todo Gipuzkoa, y donde además los sueldos de los solicitantes son más elevados que la media, vemos que casi un tercio (4.400) de los 14.347 demandantes totales de vivienda pública cobran menos de 12.000 euros. De hecho, la mayoría, tiene ingresos de entre 15.000 y 21.000 euros al año. Y sólo uno de cada cinco supera los 28.047 euros brutos anuales, que equivale a un sueldo neto de unos 1.550 euros en 14 pagas.

La mitad de las personas que viven en alquiler del mercado libre reciben ayudas públicas

Por el contrario, se dan casos en localidades del interior de Gipuzkoa en los que la renta media de los solicitantes de Etxebide ni siquiera llega a los 12.000 euros. Las personas empadronadas de Zumarraga que solicitan piso de alquiler declaran, por ejemplo, una renta media ligeramente superior a los 11.600 euros. Y poco más, los solicitantes de alquiler protegido empadronados en Urretxu, Oñati, Ordizia o Deba, por citar otros ejemplos que seguramente indican el grado de vulnerabilidad de muchas de estas personas. 

En el caso de Legazpi, aunque las solicitudes son pocas y la muestra no es tan representativa, estamos hablando de rentas medias inferiores a 10.500 euros brutos anuales entre los 170 solicitantes de alquiler social. Las más bajas del territorio.

La brecha entre alquilar y comprar 

Las diferencias, sin embargo, son grandes con respecto a quienes solicitan una vivienda protegida en propiedad. Estamos hablando de 8.139 solicitantes de compra que declaran una renta media de unos 25.000-26.000 euros brutos anuales. Y son los menos, los municipios en los que se superan los 27.000.

Si hacemos una media de unos y otros, salvando la enorme brecha que separa a quienes se plantean la opción de compra y quienes mayoritariamente ni pueden pensarlo, la foto tampoco cambia en exceso; y la renta media de los casi 29.000 solicitantes de Etxebide en Gipuzkoa es de alrededor de 17.200 euros brutos al año, una sueldo inferior a los 1.050 euros de media (en 14 pagas).

Superados por el mercado libre

Se trata de personas inscritas que, en su mayoría, ya residen en viviendas del mercado libre, pero a duras penas pueden sostenerla y requieren de una vivienda a precio asequible de la administración pública.

La mitad de ellas viven de alquiler en el mercado libre, según afirman fuentes del Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco. De hecho, reciben ayudas públicas para afrontar el pago, a través de la prestación complementaria de vivienda, la prestación económica de vivienda, Gaztelagun en el caso de personas jóvenes y las ayudas de emergencia social. 

Lo necesitan, ya que están pagando entre 600 y 800 euros al mes por un alquiler, frente a los 250 que podrían pagar por un alquiler social puro y duro.

Mayor subida en Euskadi

Si el ritmo de subida es alto en la demanda de vivienda protegida en Gipuzkoa, lo es aún más a nivel de Euskadi. En el conjunto de la CAV, hay actualmente 22.184 solicitantes de compra y 72.564 de alquiler inscritos en Etxebide. 

En total, 94.748 unidades convivenciales que agrupan alrededor de 160.000 personas. Estamos hablando del 7,2% de la población de la comunidad autónoma. La subida es del 20,7% respecto a hace dos años, más del doble de la registrada en Gipuzkoa, donde ya la subida se considera grande. 

 

El límite máximo se ha subido un 8,5% tras años congelado: 43.753,71 euros para alquiler y 56.094,5 euros para la compra

Límites aumentados

Este aumento de solicitudes tiene otra explicación. Y es que se da la circunstancia de que en octubre de 2023 se actualizaron los límites de ingresos para poder apuntarse en el registro de Etxebide, que llevaban muchos años congelados. Y ello también ha podido aumentar la demanda y provocado un aumento de la renta media de estas personas solicitantes.

Los límites máximos se incrementaron un 8,5% y se introdujo un mecanismo de actualización automático a 1 de enero de cada año el IPC como referencia. Se pasó de los 39.000 a los 43.753,71 euros actuales para alquiler, mientras que el límite de ingresos para compra se sitúa en 56.094,5 euros.

Vivir solo

Otro de los patrones claros la tendencia hacia unidades convivenciales más pequeñas. Los datos revelan que casi dos de cada tres solicitudes de vivienda protegida corresponden a unidades convivenciales de una persona, suponiendo prácticamente dos de cada tres expedientes activos en Gipuzkoa. Esas es la proporción exacta en capitales como Donostia y Bilbao, por ejemplo.

Y si a ello sumamos, las solicitudes realizadas por unidades convivenciales de dos personas, nos encontramos con que casi el 80% de los solicitantes son unidades convivenciales de uno dos miembros. 

Municipios como Astigarraga destacan en este aspecto: el 71% de las 1.159 solicitudes de vivienda protegida en esta localidad son para una sola persona. Le siguen de cerca Zumaia (70%), Zarautz (69%) y 67% de Oiartzun, mientras que son pocas las que bajan del 60%. Irun (57%) es la más importante de ellas y también Errenteria (59,7%). 

El caso de Astigarraga

El caso de Astigarraga merece un análisis aparte. Es el municipio que más solicitudes tiene en relación a su población, doblando al resto sin apenas excepción. Los 1.159 solicitantes de vivienda protegida en Astigarraga representan el 15% de la población total, que se sitúa en 7.666 personas. 

Le siguen Zarautz, con un 11%, Hernani, Pasaia, Lasarte-Oria y Hondarribia con un 9%, y Donostia y Oiartzun, con un 8%. La mayoría de municipios están menos tensionados y la media ronda el 5-6%, mientras que en el extremo opuesto figuran Oñati (2%), Zumarraga (3%), Bergara (3%) o Beasain (4%), entre los municipios de más de 10.000 habitantes.

El crecimiento de las solicitudes en Etxebide para obtener vivienda en Astigarraga también crece a un ritmo superior a la media de Gipuzkoa. Este municipio tenía 1.026 solicitudes hace dos años y ahora tiene 123 más. La subida es del 13%, superior a la media de Gipuzkoa (9,5%). 

La renta media de los solicitantes de vivienda en este municipio aledaño a Donostia es también de las más altas del territorio. Muy superior a los 17.200 de media de Gipuzkoa y los 17.800 de Donostia. En Astigarraga supera los 21.000 euros y los solicitantes de alquiler.

Además, se da la peculiaridad de que sólo el 18% de los solicitantes está empadronado actualmente en el pueblo, algo que no ocurre en el resto de municipios. 

Según el análisis que hacía Mario Yoldi a este periódico en 2022, este es uno de los efectos directos de tener “una ciudad (Donostia) que está fuera de alcance”, con “precios absolutamente disparatados y “escasa oferta”, lo que provoca que “la gente joven no puede y se va a los pueblos de alrededor, que son mucho más baratos y en cuanto a movilidad se puede ir relativamente fácil".