¿Cuál es la situación del tabaquismo en Gipuzkoa? Según un informe que baraja Contra el Cáncer Gipuzkoa, la franja de edad que oscila entre los 35 y los 44 años es la que un mayor número de personas fumadoras diarias integra, 55.335 a nivel de la CAV.

Le siguen las de entre 35 y 34, con 44.675 personas, y las menores de dicha edad, entre 15 y 24, 20.556.

Otro de los focos de análisis es el de los hábitos de consumo. De los aproximadamente 2, 2 millones de habitantes de Euskadi, casi la mitad no fuman, 1.032.395; 516.271 son exfumadores, 297.737 son fumadores diarios y casi 31.000 son fumadores ocasionales.

Mirando la evolución de las personas que fuman a diario se constata que, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, se ha ido dando un descenso prolongado, con algún año de excepción, a partir de 2009 y hasta 2020, año en el que parece que el descenso se frena.

Pese a todo, la bajada es más notable en los hombres que en las mujeres, ya que la cifra de fumadores varones en 2009 era mucho más elevada a la de las mujeres, 269.393 frente a 200.557. Los datos de 2023 acercan las cifras, ya que se contabilizaron 173.170 hombres fumadores frente a 124.567 mujeres. Hubo un momento, en torno a 2019, en el que los dos dígitos se aproximaron mucho, con 173.817 hombre fumadores frente a 164.739 mujeres.

Los números solo son números, pero la afección del tabaco sobre la salud es una realidad que va dejando una huella muy dura, de ahí que Contra el Cáncer Gipuzkoa ponga el acento en la prevención, un área que busca que “no aparezca la enfermedad”.

Para cuando, desgraciadamente, ya aparece, la asociación cuenta también con un equipo de psicólogas que trabaja con “pacientes oncológicos, familiares y entorno próximo”. “Ahí entra el proceso terapéutico del primer impacto, cuando se diagnostica la enfermedad. También estamos ahí durante la enfermedad, incluso en la preparación ante la muerte si se necesita”.

Contra el Cáncer Gipuzkoa atiende forma muy especial a familias y entorno más cercano de la persona enferma, que “están ahí, acompañando a la persona en todo el proceso. Hay que saber llevarlo, sobrellevarlo. Ahí también se hace un trabajo bien individual o bien grupal”.