Cuando todo parece indicar que lo más sensato es quedarse en tierra, al abrigo del hogar, siempre hay quien se escapa de la norma para demostrar que hay excelentes maneras de celebrar la Navidad. Y más si es con fines solidarios, aunque el peaje a pagar sea meterse en el agua, a una temperatura de catorce grados. Que se lo pregunten a los cerca de 250 participantes de la XV edición del baño Kontxapuzón, que ha tenido lugar este lunes, 25 de diciembre, en una bahía donostiarra de aguas tan tranquilas como frías. 

Una mañana de contrastes, de gorros de lana y abrigos entre cientos de curiosos en el paseo donostiarra, y de bañistas a cuerpo dispuestos a entrar en el agua. “Ha venido toda la familia de Mallorca, que también nadan, como para no participar”, dice el donostiarra Mikel Rojo, un habitual en este tipo de encuentros deportivos.

Poco antes de las 12.00 horas, un silbato llamaba a filas. Y acto seguido dos centenares de gorros azules se arremolinaban a pie de playa tras el arco de salida del C.D. Fortuna. Tres, dos, uno, al agua. “Hay a quien le da por ir al Txindoki o al Adarra estos días, lo nuestro es la natación”, decía Rojo en dirección a la orilla poco antes de sumergirse en esta gratificante experiencia.

Sol y agua a 14 grados

El tradicional encuentro deportivo, que por unos momentos deja aparcados esos inevitables atracones navideños, ha tenido lugar este lunes bajo un cielo despejado y de sol radiante, con temperaturas mínimas en torno a cuatro grados, y máximas de catorce, como las del agua

“Y tanto que da respeto la temperatura”, reconocía José Luis López, padre de una familia debutante. “El culpable de que estemos aquí es un amigo con el que suelo ir a nadar”, decía mirando a su mujer, Maite Ramos, y sus hijos Manex y Maddi. Los cuatro han cubierto los 300 metros de la popular minitravesía, una iniciativa organizada por el C.D. Fortuna que aúna diversión y solidaridad a partes iguales, cuyos fondos van destinados en esta ocasión al Banco de Alimentos de Gipuzkoa.

El grupo principal de los participantes pisaba la orilla diez minutos después de darse la salida. Mucha epidermis enrojecida por el frío, pero sobre todo, caras alegres y mucha sonrisas. “Repetimos el año que viene fijo”, decía a su llegada un joven en pleno subidón. “Desde luego que moral, tienen”, comentaba una señora, entre el público que ha seguido la prueba desde el paseo de La Concha. 

La organización recuerda que aquellas personas que quieran realizar una aportación pero no han podido acercarse hoy, pueden hacerlo a través de la opción “TOLDO 0” en la misma página web. Esta opción estará abierta hasta el 6 de enero