Joseba Errekalde es miembro de Harribeltza, asociación antisida con casi 30 años de existencia. Ha vivido en carne propia los momentos malos y las mejoras en los tratamientos

Los datos muestran una estabilización de la transmisión del VIH y dirigen la mirada al problema del diagnóstico tardío. ¿Cómo valora estos datos Harribeltza? 

Los datos son los datos. El Plan del SIDA lleva muchos años realizando una memoria anual. Nosotros tenemos la comparativa de varias décadas. Pero mirando los datos de los últimos diez años se observa que las infecciones por VIH, cinco arriba o cinco abajo, son los mismos. Lo que ocurre es que cinco arriba o cinco abajo en los números supone mucho cambio en porcentajes. Si no se buscan titulares sensacionalistas, hay que decir que el VIH se ha estancando en cuanto a su transmisión. Algo que destaca es que la franja de edad de transmisión sigue en torno a los 38 años, no es que el VIH se esté trasmitiendo entre la juventud. El resto de Infecciones de Transmisión Sexual, ITS, se han disparado de forma bruta entre gente más joven.

¿Y esto cómo se explica? 

El VIH se ha estancado en número de transmisiones, pero tenemos que seguir alerta, porque tan solo una transmisión es mucho. Es una persona más que va a pasar por un infierno cuando se le detecten. Por muy crónico que sea y por mucho que haya mejorado la medicación, vivir con el VIH es duro. Pero lo que nos alarma realmente es que en los últimos diez años la típicas ITS han subido de forma exponencial, más del 100%. 

¿Y esa diferencia? 

Estas infecciones son muy fáciles de trasmitir. El VIH no es curable, pero no es tan fácil de trasmitir, aunque tenga unas vías muy abiertas. Una penetración, con eyaculación y sin preservativo, es una autopista. Pero una gonorrea, una sífilis o una clamidia, casi con tocar y llevarte la mano a la boca, por ejemplo, ya está. La parte buena, si la hay, es que tienen un inicio y un final.

Pero hay que diagnosticarlas a tiempo. 

Sí, algunas son muy visibles y otras no lo son en absoluto. Una gonorrea en un hombre es muy visible si la tiene en el pene, pero no siempre es así, porque si la tiene en otro lugar o la tiene una mujer no da tantas señales. Con la sífilis ocurre lo mismo: detectarla en un hombre es más fácil. 

Lo cierto es que el diagnóstico tardío es un problema importante para el tratamiento y la transmisión.

Una persona bien tratada y a tiempo, con el VIH puede pasar en un mes de ser portadora del virus con unas cargas virales altísimas a ser indetectable. Las personas que vivimos con el virus y estamos tratadas no tenemos carga viral. El virus está escondido en nuestros reservorios. Siempre damos positivo si nos hacen la prueba, pero no tenemos capacidad de transmisión a otras personas.

No hay que esperar.  

Claro, por dos razones. Una es por una razón propia, porque cuanto antes empieces a tratar el virus menos daño te va a hace. Y otra es por una razón comunitaria, porque tras la detección tu médico te va a tratar de inmediato y ya no vas a poder infectar a nadie más. Tenemos que interiorizar la importancia de hacernos pruebas, que las puedes hacer donde quieras y de forma confidencial: en el médico, en el Plan del Sida...

¿El que ya no exista una sentencia de muerte contribuye a una relajación?

En cuanto al VIH muchos de nosotros vivimos gracias a los antirretrovirales. En los años 1996-97 fueron un hito. Ahí están, por ejemplo, Rock Hudson y Freddie Mercury, que de haber existido estos tratamientos seguirían vivos. Pero este fue un hito de doble cara. A mí, por ejemplo, me salvó de la muerte, porque estaba ingresado con poco más de 40 kilos. Me quedaban dos avemarías. A mi este tratamiento me salvó la vida. Pero tienen otra cara. Hoy en día la infección por VIH ya no es sinónimo de muerte y en esta sociedad de la pastillitis, pues...

Pero el VIH castiga 

Yo llevo en Harrilbeltza muchos años, el año que viene cumplimos 30. En las personas nuevas infectadas el derrumbe interior y el duelo es más o menos el mismo que hace unas décadas. Me gusta que vengan aquí para que compartir experiencias, pero llegan sin dormir tres días. El palo es muy gordo. Te dicen que pensaban que nunca les iba a pasar a ellos.

Las personas con tratamiento por VIH vienen reivindicando que se mejore la forma de dispensar ese tratamiento 

Sí, desde hace mucho tiempo, pero no hemos conseguido nada. Pongamos un ejemplo. En Iparralde pueden ir al Hospital a retirar su medicación o pueden acudir a una farmacia de confianza. Hemos luchado mucho por que el acceso a la medicación sea del siglo XXI y no lo hemos logrado. Tenemos que ir a la farmacia hospitalaria, donde es difícil hasta aparcar cuando venimos de distintos puntos de Gipuzkoa. Se hace en otros lugares, ¿por qué aquí no?.

¿Y en erradicar la estigmatización se ha avanzado?

Tenemos que seguir hablando del lema de indetectable e intrasmisible. Porque todavía si dices que vives con el virus te miran con miedo, miedo y miedo. Y es al revés. Es mucho más segura una persona que se trata que una que no lo sabe.

No es mortal, pero sí tiene consecuencias 

Queremos poner el foco en un tema muy importante: la calidad de vida en el envejecimiento de las personas que vivimos con VIH. Tomamos tratamientos muy fuertes desde hace mucho tiempo y reivindicamos que nos miren más allá de los análisis para ver cómo va el virus. Yo quiero saber cómo va mi corazón, cómo están mis huesos, mi riñón, mi hígado... Los que tenemos una edad somos los primeros, estamos haciendo camino.