Un día después de la protesta llevada a cabo en la ikastola Langile de Hernani, donde el alumnado llevó su propia comida tras varios incidentes en el servicio del comedor, el portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, ha precisado este martes que la rescisión del contrato a la empresa Serunion, que se está analizando, sólo afectaría al servicio que presta en este centro educativo y en otra ikastola alavesa, los dos centros públicos que han interpuesto una denuncia por el mal estado de su comida.

Por el momento, es la única medida prevista por el Gobierno Vasco en relación a una empresa que sirve comidas diariamente a más de 30 centros escolares en Gipuzkoa. El Departamento de Educación está analizando las opciones jurídicas para romper la relación contractual con esta firma, con sede en Logroño, adjudicataria del servicio de comedores escolares de La Rioja, en los que también ha protagonizado distintos incidentes, entre ellos, la aparición de gorgojos -pequeños insectos- en alubias blancas.

El ambiente de preocupación en Gipuzkoa por la mala calidad del servicio ha sido una constante desde que en septiembre arrancó el nuevo curso, y sumó el viernes pasado un nuevo capítulo, esta vez en Hernani, cuando los encargados del comedor de la ikastola Langile tuvieron que retirar las alubias porque estaban en mal estado, y un niño encontró un gusano en el pescado. “Los expedientes abiertos son los referidos a estos dos centros y no al total de los lotes” en los que participa Serunión, ha matizado Zupiria este martes tras la reunión del Consejo de Gobierno Vasco.

Ante el malestar que ha generado esta serie de incidencias en el servicio, padres y madres del alumnado de la red pública apuestan por abrir un espacio de reflexión para mejorar el sistema actual, en el que primen “criterios de cercanía”, según señalaron el lunes a este periódico, a la vista de las anomalías que ha traído consigo la renovación de licitaciones.

Análisis "permanente"

El portavoz ha insistido en que Educación está realizando un “análisis permanente” del servicio de esta empresa, pero ha señalado que la última palabra sobre su contrato la tendrá el órgano encargado de coordinar los contratos públicos del Ejecutivo autonómico. “Debe haber una base jurídica bien argumentada y además poder hacerlo con la mayor rapidez posible. El Departamento y las familias son los más interesados en que la prestación del servicio sea de calidad”, ha insistido.

Ante el persistente mal servicio, la asociación Facua-Consumidores en Acción ha interpuesto una denuncia ante la delegación territorial de la Consejería de Educación de Gipuzkoa, solicitando al Gobierno Vasco que tome medidas para reconducir la situación. A esta demanda se ha unido Ehige (federación de padres y madres por la escuela pública), que ha iniciado una campaña de control y seguimiento de los comedores escolares ante las repetidas “quejas y preocupaciones” de las familias.

La empresa Serunión ya fue sancionada económicamente por Educación después de que se encontrasen en la comida “microorganismos que no deberían estar” en la ikastola de Durana, en Araba, lo que fue considerado una infracción grave.