“No os rindáis en la puta vida”, les dijo un día el getxotarra Jaime Lafita a los jugadores del Athletic. Y dicho y hecho. Porque cuando lo normal es derrumbarse, él se levanta. Hoy en día ya apenas puede hablar. Con 60 años, también se le entiende a la perfección que se siente hermano mayor de Juan Carlos Unzué, de 56. Porque la enfermedad de la ELA te puede llegar a limitar la comunicación, como le ha sucedido a él, pero gracias a una montaña de amigos, un poco de paciencia y una maquinita, consigue transmitir muchas lecciones de vida. Escribe en una pantalla sus pensamientos, y el aparato los lee. Eso sí, sin la entonación y el entusiasmo precisos, se queja Lafita.

El motivo de la celebración del evento de ayer es resultado del desafío BrusELAs que afrontó Jaime Lafita y Dale CandELA en 2021, con un viaje en vela y en bici, para llevar la situación de las personas con ELA al Parlamento Europeo. Un guante que recogió el Comité Económico y Social Europeo, cuya presidenta impuso a Jaime la medalla de su institución y ofreció la organización de este evento europeo. El trabajo de Dale CandELA para dar visibilidad a la enfermedad y recaudar fondos es infatigable. Y ya ha recogido 450.000 euros para las asociaciones de pacientes y para investigación.