Las intensas lluvias de exila última semana no han sido solo un gran alivio para los embalses de Gipuzkoa. Los guardas forestales del territorio también han respirado tras una primavera muy seca que ha elevado el riesgo de incendios de cara a la época estival. La Diputación ya trabaja en su prevención con las podas y desbroces de las zonas naturales y las pistas de acceso ante el temor de que se repita un verano como el del pasado año, cuando ardieron 1.214 hectáreas en territorio guipuzcoano.

Los montes de Gipuzkoa se encuentran en un estado muy similar al de hace un año por estas fechas. “Las últimas lluvias han permitido que la situación haya vuelto poco a poco a su cauce habitual, porque en abril había preocupación de haber seguido con una primavera tan seca”, cuenta el Jefe de Servicios de Montes de la Diputación, Ismael Mondragón, que, no obstante, avisa que la evolución de las próximas semanas determinará cómo lleguen los bosques y terrenos al verano.

Aunque la temporada de mayor riesgo de incendios forestales en el territorio comienza en diciembre y se prolonga hasta marzo, en el verano de 2022 ardieron en Gipuzkoa más de 1.200 hectáreas y tuvo que decretarse en varias ocasiones el aviso amarillo por riesgo de incendios. “No suelen ser habitual, aunque se pueden dar, porque aquí las lluvias suelen ser habituales y la vegetación no está tan seca como en invierno. En verano pueden estarlo las praderas, pero no los arbustos”, explica Mondragón, que compara lo ocurrido el año pasado con episodios similares con anterioridad: “El verano pasado fue muy seco, pero también lo fue en 2013 y en años atrás. Puede que sea algo que entre dentro de la normalidad o que el cambio climático lleve a que tengamos más periodos de este tipo. Es pronto para saberlo”.

Para el jefe de los guardas forestales de la Diputación, es, por lo tanto, pronto para hablar de una mediterranización del clima en Gipuzkoa. “Tenemos una tendencia muy clara de subida de las temperaturas, pero no de las precipitaciones. La preocupación está en que el volumen total se mantenga, pero siendo más torrencial”, apunta.

A ello hay que sumar la orografía del territorio, que impide que los incendios no sean tan habituales como en otros puntos de Euskadi, como Araba. “Aquí tenemos el mar Cantábrico, que hace que sea más húmedo, y los montes, que sirven como barrera para el viento”, explica, lo que, no obstante, no evita que haya zonas más peligrosas que otras. “En general, la situación es muy similar en toda Gipuzkoa, pero el Alto Deba y el interior del territorio, al ser más seco está más expuesto. También en la costa, en Jaizkibel y Mendizorrotz, que son más arenosos y donde el agua baja más rápido”, añade.

Además, existe un especial riesgo en las zonas que cuentan con pocas infraestructuras viarias, para las que el acceso de los bomberos está restringido. El Gobierno Vasco tratará de poner solución a esta problemática este verano con la incorporación de un helicóptero que será compartido por las tres Diputaciones de la CAV.

El peligro de incendios se multiplica cuando a la falta de precipitaciones durante varios días se le suma la regla del 30: más de 30 grados de temperatura, una humedad menor al 30% y vientos de más de 30 kilómetros por hora. Episodios que en los últimos años se están repitiendo no solo en verano, también en primavera y otoño.

Trabajos de prevención

Para llegar con los montes en las mejores condiciones posibles, la Diputación ya ha comenzado con los trabajos de prevención como el mantenimiento de las pistas forestales, las zonas naturales y los pastos, el desbroce de arbustos y el acompañamiento en los trabajos de los ganaderos.

Asimismo, los guardas forestales son los encargados de autorizar las quemas de rastrojos. “Es una herramienta habitual de los baserritarras, pero hay que hacerla con cuidado y con las directrices del Gobierno Vasco”, recuerda Mondragón. Así, además de avisar previamente, está prohibido hacer la quema en días de fuerte viento y en domingos y festivos y es obligatorio abrir calles cortafuegos eliminando toda la vegetación.