Varios activistas contra la crisis climática vertieron este sábado un tinte negro en la histórica fuente de la Barcaccia de la Plaza España de Roma y desplegaron una pancarta en la que exigían dejar de invertir en combustibles fósiles.

La acción tiño de negro el agua de la fuente y se desarrolló este mediodía ante los ojos de los miles de turistas y vecinos que paseaban por esta plaza, uno de los símbolos monumentales de la capital italiana, y muchos de ellos reaccionaron con abucheos. El tinte es un líquido a base de carbón vegetal, según recogen los medios locales.

Los activistas, dos hombres y una mujer, pertenecen al grupo "Ultima Generazione" (Última Generación), que ha reivindicado la protesta en sus redes sociales, como hizo en el pasado contras similares en otras ciudades.

"Es absurdo que os escandalicéis por gestos como este cuando estamos viviendo una emergencia de sequía que pone ne crisis a la agricultura, la producción de la energía... nuestra propia subsistencia. Y hay responsables", escribieron en Twitter.

Los tres han sido detenidos por agentes de los Carabineros (policía militarizada).

Reivindicaciones en otros monumentos

La fuente de la Barcaccia, un símbolo con forma de barca a los pies de la escalinata de Plaza de España, fue construida entre 1626 y 1629 en mármol de travertino por Pietro Bernini, padre del célebre Gian Lorenzo Bernini, quien se cree que colaboró en las obras.

La escultura fue ordenada por el papa Urbano VIII para repartir por toda la urbe el agua que llegaba desde el acueducto Vergine.

No es la primera vez que estos activistas arremeten contra el patrimonio con acciones como estas.

El pasado noviembre arrojaron sopa a un cuadro de Van Gogh de una exposición temporal de Roma y mancharon con pintura el "El Dedo" del Maurizio Cattelan frente a la Bolsa de Milán o la escultura ecuestre del Vittorio Emanuele II frente al Duomo o catedral de esa ciudad.

El 17 de marzo otros dos jóvenes mancharon con pintura naranja el Palacio Vecchio de Florencia, sede del ayuntamiento, y fueron detenidos por el propio alcalde, Dario Nardella.

Por otro lado, dos activistas están siendo además juzgados en el Tribunal del Vaticano por dañar con pegamento el basamento de esta escultura del Laocoonte en una protesta y podrían ser condenados a cárcel desde un mes a tres años y una multa de unos 3.000 euros.