Y de repente, ¡boom! El primer intento de distribución del alumnado bajo los nuevos criterios aprobados para combatir la segregación en los centros escolares de Euskadi ha destapado un malestar evidente. No solo entre las familias que han sido derivadas por el Departamento de Educación a una opción que no era su preferente, sino en los propios centros escolares, sus direcciones e incluso el profesorado, que reconocen abiertamente su “enfado” y el “nerviosismo” vivido en estos días por la asignación de plazas de cara al curso escolar 2023-2024 a los que inician su etapa escolar: los niños y niñas de dos años.

El Gobierno Vasco defiende que todos los colegios sufragados con dinero público, lo que incluye a la red concertada, forman parte del mismo entramado y ha aplicado el sistema de baremación para hacer un “reparto equilibrado” del alumnado. Las críticas ha llegado este jueves desde la red concertada y también desde la confederación de padres y madres de la pública, que animan a los afectados a presentar reclamaciones.

Ikastolen Elkartea directamente ha lanzado este jueves un órdago y ha asegurado que no derivará a otros centros a ningún alumno que se haya matriculado en sus centros. En realidad, los centros no tienen potestad para tomar una decisión así, ni herramientas para ejecutar su advertencia, pero el desplante es evidente.

"Mientras no haya igualdad de oportunidades para todos, vamos a mantener a los estudiantes y no les vamos derivar a otros centros"

Ikastolen Elkartea - Comunicado

En un comunicado, Ikastolen Elkartea, cuya asamblea se reunió el miércoles por la tarde, dijo que el Departamento de Educación “no cumple” con lo pactado y cree que el “flujo” de familias entre centros “no se está haciendo de forma equilibrada". Su postura es que “mientras no haya igualdad de condiciones para todos", las ikastolas adheridas a la asociación se comprometen a "mantener a todos los estudiantes que hayan solicitado matricularse y no serán derivados a otros centros".

La estocada llegó horas después, este mismo jueves, cuando la otra pata de la red concertada, Kristau Eskola, mostró su malestar y reconoció que no se les habían explicado las cosas de esta manera. “Se nos dijo que las matrículas conseguidas (por cada centro) se iban a respetar”, reconoció a este periódico la directora general María Eugenia Iparragirre.

Iparragirre dijo tender la mano al Gobierno Vasco para emprender juntos este viaje hacia un modelo igualitario que cree que “ha venido para quedarse”. “No vamos a tomar una actitud de bloqueo”, aseguró. Pero se mostró muy crítica y pidió que se respete al menos el modelo pedagógico elegido por las familias y que las derivaciones, mientras no haya otras preferencias señaladas, se efectúen dentro de la propia red.

Es decir, que no se derive a familias que optan por Kristau Eskola a una pública, no al menos si no figura entre sus alternativas; ni viceversa. “Se nos hace difícil movernos de un modelo pedagógico a otro. Igual en pueblos pequeños, donde no hay tanta opción, no es tan importante, pero si yo decido que Kristau Eskola o ikastola, es porque quiero eso, porque es una decisión mía y tengo mi derecho a elegir”, asegura.

Reunión de directores

Las palabras de la directora general de Kristau Eskola fueron esclarecedoramente contundentes. “Cuando se presentó la orden de admisión, claro que el cambio de modelo estaba hablado, pero no el cómo. Y el cómo se nos comunicó no es de recibo: por teléfono, un funcionario de planificación, y eso no se hace así. Y menos una cosa de esta importancia. Entiendo el objetivo, sabiendo que no son tantas las familias afectadas en relación al total, pero para ellas es de gran importancia. Están en el inicio del proceso vital de sus hijos e hijas. Y no es lo mismo hacerlo en un modelo pedagógico u otro y eso lo sabemos todos”.

"Nosotros no nos plantamos, pero espero que lo corrijan. Incluso en un momento de enfado, tenemos que ir de la mano"

María Eugenia Iparragirre - Directora general de Kristau Eskola

Kristau Eskola, de entrada, pide que se amplíe el plazo para las reclamaciones, ya que este termina el próximo martes, y hoy mismo los centros escolares de Euskadi cierran sus puertas por las vacaciones de Semana Santa. Este viernes por la mañana, de hecho, los directores de los centros de esta red están convocados a una reunión para tratar este tema. Iparragirre confía en que Educación rectifique.

“Dicen (desde el Gobierno Vasco) que son pocos casos, aunque lo sean, si se hubiera hecho con una comunicación más fluida y más transparente, seguramente no estaríamos en esta situación”, lamenta.

La pelota está ahora en el tejado del Departamento de Educación del Gobierno Vasco. “Nuestra posición no es hacer presión. En primer lugar, quiero recordar que estamos de acuerdo con el objetivo de hacer desaparecer la segregación, porque queremos un país más igualitario y haremos lo que sea para lograr la igualdad y justicia. Es más, esto es algo que está en nuestro ADN”, asegura Iparragirre.

Pero “no ha habido transparencia y cuando digo esto, no hablo de opacidad. Podemos entender que el precio a pagar por un sistema más igualitario, sea que algunas familias se queden fuera, pero nos tienen que dar herramientas para explicárselo a esas familias. Este proceso, tenemos que hacerlo de la mano de Educación, e incluso en un momento de enfado tenemos que hacerlo de forma conjunta. Nosotros no nos plantamos, pero somos críticos con las formas. Y espero que corrijan”, aseguró Iparragirre.

"Tranquilidad" a familias y trabajadores

“Dicho esto –prosiguió la responsable de Kristau Eskola–, quiero mandar un mensaje de tranquilidad a las familias, aunque sea difícil; y a nuestros trabajadores, que saben que pueden perder su empleo. Yo no digo que se mantenga una clase de siete alumnos. Sabemos que es el primer año y que es muy difícil, pero tenían que haber hecho una comunicación formal, por escrito y una justificación administrativa, para que la gente sepa cómo puede recurrir la decisión. Una llamada telefónica se pierde”.

"No entendemos por qué se barema en centros que nos consta que hay plazas libres"

Lurdes Imaz - Coordinadora de Ehige

Por su parte, Ehige, la confederación de asociaciones de padres y madres de colegios públicos, también mostró su incomprensión por la aplicación de esta medida. Su coordinadora, Lurdes Imaz dijo que “nos consta que hay colegios que tienen plazas libres y aún así, se ha baremado para enviarles a su segunda opción. No entendemos por qué se barema cuando hay plazas libres; y menos, por qué se deriva habiendo sido la primera elección de sus familias”.

Más protestas

La chispa que se encendió en Zarautz el martes con una concentración de padres y madres frente a la ikastola Salbatore Mitxelena se ha extendido este jueves a Oñati y otras localidades. En Oñati, por ejemplo, padres y madres de la ikastola Txantxiku se concentraron en la tarde de este jueves pidiendo al Departamento de Educación que admita a todas las familias.

Plazas en reserva

Con el nuevo decreto publicado en noviembre de 2022 y la Orden de admisión de plazas emitida por el consejero el 21 de diciembre, el Gobierno Vasco se reserva la potestad de regular la demanda a fin de controlar que no haya “infraoferta” en unos centros y “sobreoferta” en otros.

Se incluye en la ecuación el concepto de vulnerabilidad, y se reservan plazas en cada centro para la llegada de menores que pueden llegar durante el curso, una vez iniciado este. Se calcula que cada año llegan a Euskadi y han de integrarse en nuestros colegios unas 4.000 o 5.000 niños y niñas que comparten un mismo perfil, a menudo, menores con necesidades de apoyo especiales, en muchos casos que no conocen la lengua.