Un mes después de la muerte de Lukas Agirre, el temor por lo que pueda ocurrir durante una noche de fiesta se ha adueñado de una parte de la juventud. Reconocen que les ha impactado el apuñalamiento que costó la vida al vecino de Hernani el día de Navidad. “Tenemos muy mal sabor de boca, nadie se espera algo así. Donostia tiene fama de ser una ciudad tranquila y este suceso es un golpe muy duro, algo que nos podía haber pasado a cualquiera de nosotras”, confiesa Nora Zaratiegui, de 16 años.

La joven ha participado este miércoles por la mañana en el acto en recuerdo de Lukas Agirre, en el Instituto Usandizaga de Donostia. Zaratiegui estudia primero de Bachiller, junto a María Castillo, de la misma edad, y Helen Rodríguez, de 17 años. Las tres jóvenes han atendido a este periódico para trasladar las sensaciones que les deja el crimen.

“Ver que nos pueda ocurrir algo así, como le sucedió a Lukas Agirre, claro que provoca miedo”, reconoce Zaratiegui, que admite que es un tema que está presente en casa. “Siempre nos dicen que cuidado de noche, que no vayamos solas, que cuidado con la gente. Es algo comprensible. Nuestros padres se preocupan. No quieren que nos pase nada. Creo que hay cierto sentimiento de culpa ante la posibilidad de que algo ocurra, aunque ellos no tengan ninguna culpa en todo esto”, expresa la joven.

Lo sorprendente, decían, es que el crimen se cometiera en el centro de Donostia. “No estamos hablando de ningún lugar apartado. Es una zona muy tranquila. Podía haberle pasado a cualquiera”, dicen estas estudiantes de primero de Bachiller, que tienen una opinión formada de la realidad más cercana.

No ocultan su preocupación por la “creciente tendencia” a portar cuchillos y navajas de noche, como reconoció tras el crimen el propio alcalde de Donostia, Eneko Goia, quien informó del decomiso en Donostia de 330 armas blancas. ¿Qué hace una persona que sale de fiesta con un cuchillo o una navaja? Fue la pregunta que lanzó entonces el alcalde, para la cual ellas tampoco tienen una respuesta.

Problemas de noche: "Estuvo a punto de pegar a una amiga"

“Salimos de fiesta, con ganas de pasarlo bien, pero en ocasiones vemos situaciones que no nos gustan. El otro día en el puerto de Donostia vimos a un chaval sin camiseta que estaba fuera de sí, pegando golpes a una barandilla. Era la misma persona que en otra ocasión estuvo a punto de pegar a una amiga porque no le daba tabaco. El otro día, cuando se acercó, le dimos lo que nos pidió”, confiesa una de las jóvenes.

“A la mínima, en caso de problemas, lo mejor es darles lo que te pidan para evitar males mayores”, reconocen. “Lo triste es que al final todo sea por temas como el tabaco o el alcohol. Es muy duro lo que le ha ocurrido a la familia de Lukas, y además en plena Navidad, un día que además está marcado para compartir con la familia”, lamentan. “Es un golpe tremendo”.

Iker Carranza, de 16 años, también ha participado esta mañana en el homenaje a Lukas Agirre. “No le conocía pero el suceso te impacta igualmente porque es algo que ocurre en tu ciudad, y eso mismo puede sucederle a alguien de tu entorno más cercano, o a tí mismo”. El joven reflexionaba en voz alta junto a otros compañeros del instituto. “Vemos que cada vez hay más alcohol y droga. La gente está agresiva y busca pelea. Hay gente que sale de noche solo para pelearse”, asegura Carranza.

El pasado tres de enero, el vicelehendakari y consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, también advirtió de la proliferación de armas blancas, lo que que está suponiendo un incremento de delitos de robos con violencia y de lesiones. Por la noche, Carranza y sus amigos son testigos de ello. “Y no estamos hablando de personas mayores. Llevan navaja chavales de nuestra edad, de unos 16 o 17 años. Igual luego no la utilizan pero hay quien se cree superior a la hora de enseñarla. Se vienen arriba, aunque luego no tengan el valor de usarla. Y si lo hacen, luego pasa lo que pasa”, lamentan estos jóvenes.