La resignación entre los transportistas autónomos especialmente es evidente ante la inminente implantación del peaje a camiones. No solo en Gipuzkoa, sino en otros territorios. Llevan “aproximadamente un año” sin tener contacto ni siquiera con los grupos parlamentarios que integran el gobierno foral (PNV y PSE) y podrían realizar cierta labor de mediación con el Gobierno foral en un escenario en que las relaciones con el Ejecutivo están rotas de facto. 

Se sienten completamente olvidados. Las únicas noticias que han tenido sobre posibles descuentos que pueden aplicarse en estas vías por uso frecuente a los camiones, los han leído en la prensa, asegura el portavoz del sindicato Hiru Alberto Núñez.

Para medir el esfuerzo que supone este canon a muchos de estos transportistas autónomos, lo mejor es reflejar casos reales, habituales, y hacer cuentas. El propio Alberto Núñez, expone el caso de decenas de profesionales que a diario conducen un tractor con remolque cargado con vigas de hierro desde la planta de ArcelorMittal de Olaberria hasta el puerto de Pasaia. Un trayecto de ida y vuelta que realizan “tres y hasta cuatro veces al día”. Las cuentas están claras para ellos.

“En tres viajes de ida y vuelta”, y teniendo en cuenta que si cogen la variante de Donostia se evitarán unos kilómetros de peaje de la A-15, realizarán un trayecto de unos 75 kilómetros de ida y vuelta, más de 225 en tres viajes, lo que les supondría al menos unos 62 euros al día: casi 70 si van por la A-15.

"La Administración nos obliga a pagar por transportar mercancía, pero se salta el concepto de quién es el usuario"

Alberto Núñez - Portavoz del sindicato de transportistas Hiru

Serían unos 700 euros al mes, si tenemos en cuenta 22 días laborables en ese periodo. La mitad, exactamente el 50%, la asumirá, tras un acuerdo alcanzado con ArcelorMittal en enero con diferente cooperativas, la planta siderúrgica, pero los otros 350 euros al mes saldrán del bolsillo del transportista, explica Núñez.

"La Administración nos obliga a pagar por transportar mercancía, pero se salta el concepto de quién es el usuario. El transportista lleva una mercancía que no es suya y no tenemos capacidad, una herramienta, un mecanismo, para repercutir ese gasto”, añade el portavoz de Hiru.