Los representantes del Ayuntamiento de Azpeitia y de la empresa noruega Statkraft subrayaron durante la asamblea informativa celebrada el martes en el teatro Soreasu que el proyecto Piaspe para la construcción de un parque eólico en terrenos de Azpeitia, Zestoa y Errezil se encuentra “en una fase muy incipiente” por lo que, a día de hoy, “no se puede decir que se va a llevar a cabo”.

Aún así, las intervenciones del director de Piaspe, Jon Zayas, y del director para el desarrollo de renovables de Statkraft, Luis Miguel Álvarez, sirvieron para evidenciar que la compañía líder en la producción de renovables había hecho los deberes antes de presentar su propuesta a los consistorios de los municipios en los que pretende desarrollar el proyecto.

No en vano, ambos directivos aportaron varios datos que permiten constatar que la empresa noruega ha estudiado en profundidad el entorno que ha elegido para plantear la instalación de cinco aerogeneradores.

En este sentido, Zayas y Álvarez destacaron que “es un ámbito en el que pega el aire”. Además, “es adecuado desde el punto de vista medioambiental porque carece de protección; también se encuentra en una zona sin la presencia de bienes patrimoniales a preservar y tiene muy cerca, a 3,8 kilómetros, la estación eléctrica de Lasao, que sería la red de media tensión a la que se llevaría la energía producida por los aerogeneradores”. Asimismo, los estudios previos realizados por Statkraft señalan que “ya están construidos el 91% de los caminos que se requerirían para transportar los componentes del parque eólico”, por lo que “habría que ensancharlos”.

Los aerogeneradores

El proyecto Piaspe planteado por Statkraft contempla la instalación de cinco aerogeneradores de 205 metros de altura; un tamaño que causaría un evidente impacto “sobre todo visual” pero que la empresa noruega justifica con el siguiente argumento: “Cada uno de esos aerogeneradores tendría una potencia de 6-7 megavatios, mientras que los que se instalaban hace quince años tenían la mitad de altura pero apenas un megavatio de potencia”.

En consecuencia, “aunque el impacto visual es mayor, con cinco aerogeneradores como los planteados en Piaspe se conseguiría generar la misma energía que con una treintena de los antiguos, por lo que ocuparían menos espacio y la obra civil a ejecutar también sería menor”.

Preguntados por el público, los directivos de la firma noruega explicaron que los aerogeneradores que pretenden instalar tendrían una vida útil de “entre 30 y 35 años”. Además, aseguraron que “si transcurrido ese periodo se decidiera desmantelarlos, se reciclarían al 100%”; toda vez que “el proyecto de Piaspe estaría acompañado por un plan para reciclar todos los componentes y restituir el paisaje al estado original previo a la construcción del parque eólico”.

De hecho, Zayas y Alvarez avanzan que “si el proyecto se lleva a cabo, Statkraft exigiría a las empresas a las que encargaría los aerogeneradores un plan para reciclar todos los componentes, incluso las palas, que al estar hechas con fibra de carbono, fibra de vidrio y resina, son los elementos más difíciles de reciclar”.