El papel de las mujeres en el nacionalismo vasco durante el último siglo ha sido rescatado y elogiado en una exposición que, desde este viernes y hasta el próximo 7 de noviembre, se puede visitar en el Centro Cultural Aiete de Donostia. La muestra, bajo el título EAB 100 urte. Emakumeak Aberria eginez (EAB 100 años. Las Mujeres haciendo Patria), recoge la labor llevada a cabo por las mujeres de la sección femenina del PNV, Emakume Abertzale Batza (Agrupación de Mujeres Patriotas), una acción que, según las autoras de la misma fue más colectiva que individual.

Esta exposición, impulsada por la Fundación Sabino Arana (SAF), se ha inaugurado este viernes a las 18.00 horas. En el acto estuvieron presentes, entre otros, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia; la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal; el presidente del Gipuzkoa Buru Batzar, Joseba Egibar; la recientemente nombrada directora de Emakunde, Miren Elgarresta; la presidenta de la SAF, Mireia Zarate; y las comisarias de la exposición, Karmele Perez Urraza, Begoña Bilbao Bilbao y Gurutze Ezkurdia Arteaga. Finalmente, la diputada de Gobernanza y portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Eider Mendoza, no ha podido acudir por sentirse indispuesta.

El proyecto fue encargado a las tres investigadoras, que son también profesoras en la Facultad de Educación de la UPV-EHU en Bilbao, por parte de la SAF con motivo del centenario del EAB, según cuenta a este periódico Perez Urraza horas antes del estreno de la muestra. Las celebraciones por los 100 años comenzaron con un acto en el Palacio Euskalduna de Bilbao, a lo que ahora se suma esta exposición. Además, en breves verá la luz un libro que recorrerá el bagaje de las mujeres de la agrupación.

 La muestra está organizada alrededor de dos aspectos. Por un lado, consta de 24 paneles informativos, repartidos en seis bloques distintos y, por otro, habrá objetos expuestos en vitrinas, con materiales pertenecientes a estas mujeres, tanto “personales como institucionales”. Así, se podrán observar desde documentos hasta insignias u otras “curiosidades”, en palabras de Perez Urraza.

El EAB nació en 1922 en Bilbao; dependía de las juventudes jeltzales Euzko Gaztedi (EGI), pero era una asociación “compuesta únicamente por mujeres”, remarca Perez Urraza. Año y medio después de su puesta en marcha, la dictadura de Primo de Rivera las obligó a pasar a la clandestinidad; “se silenciaron, pero siguieron trabajando”, insiste la comisaria.

Con la llegada de la Segunda República en 1931, la agrupación vivió una “época de florecimiento” y llego a contar con unas 28.000 militantes. Las tres comisarias han querido “reivindicar la acción colectiva” de todas ellas por encima de la personal; por ello, si bien la exposición refleja a título individual a alguna de estas mujeres, tales como algunas escritoras, otras pertenecientes a equipo directivo y otras que se dedicaban a dar mítines, no se han querido concentrar tanto en los nombres como en “el movimiento gigante” que se creo, según Perez Urraza.

El EAB contó con precedentes sobre los que basar su creación; estas cosas no surgen de la noche a la mañana”, recuerda la comisaria. Hubo movimientos abertzales con las mujeres como protagonistas antes de 1922; como ejemplo, Perez Urraza nombra una asociación que se creó para ayudar a los soldados que fueron a luchar en la Guerra del Rif en Marruecos, así como a sus familias. El conflicto bélico se inició en 1911 y concluyó en 1927.

Una mujer observa uno de los 24 paneles informativos de la exposición 'EAB 100 urte. Emakumeak Aberria eginez' Javi Colmenero

También hay que tener en cuenta el contexto internacional en el que el EAB ve la luz. y es que, a nivel europeo, había movimientos feministas relevantes desde hacía años en países como Reino Unido, Noruega, o Finlandia, tal y como enumera Perez Urraza. “Ahí se veía que el protagonismo de las mujeres había que tenerlo en cuenta. Que ya era hora de que las mujeres trabajaran en la sociedad; en modo discreto o indiscreto, pero hacia falta que las mujeres tuvieran espacio”, argumenta.

Con todo, las mujeres del EAB adaptaron el momento histórico en el que vivían a sus propias creencias y comenzaron a desarrollar su labor principalmente en áreas como la educación o la beneficencia. Sobre todo, quisieron trabajar tanto “el euskera, como la religión y, cómo no, la patria”, apunta la comisaria.

La confección de la exposición les ha llevado a Perez Urraza, Bilbao BIlbao y Ezkurdia Arteaga un año, pero llevan muchos más de labor investigadora alrededor de esta temática. Ya en 2012 publicaron un libro, Emakumea, hitza eta bizitza (Mujer, palabra y vida) y desde entonces también han colaborado con revistas y otros medios.

En tanto que son investigadoras, han querido “pasar los datos al relato” en este “trabajo de divulgación” y “no al revés”, subraya Perez Urraza. El proceso de documentación, que principalmente se ha llevado a cabo en archivos públicos, les ha requerido un esfuerzo considerable, ya que han querido sacar del anonimato a muchas de estas mujeres, “ponerles cara” y “escribir los dos apellidos”, en la medida de lo posible.

Perez Urraza se muestra agradecida con las familias que , mediante fotografías y “vivencias personas”, han ayudado a “poner en contexto” la historia del EAB. Pero, sobre todo, da las gracias a las mujeres que fueron parte de la agrupación y realizaron “un trabajo comprometido con la patria y la cultura vasca”. “Hicieron un gran trabajo y quienes hemos recibido ese legado, mujeres y hombres, deberíamos tenerlas en cuenta”, subraya.

La muestra EAB 100 urte. Emakumeak Aberria eginez ha comenzado este viernes su camino en Donostia; al tratarse de una exposición itinerante, se prevé que recorra las capitales y principales localidades vascas.