El colectivo Caminando Fronteras ha cifrado en 978 los migrantes fallecidos en las rutas de acceso al Estado español en el primer semestre de 2022. De ellas, 938 personas han muerto o desaparecido en el mar y otras 40 murieron en la valla de Melilla. Un total de 18 pateras han desaparecido con todos sus ocupantes y 118 mujeres y 41 niños han perdido la vida en el mar. Del total de las víctimas, el 88% siguen sin ser identificadas.

Estos datos se desprenden del informe 'Derecho a la vida' que ha presentado este miércoles la coordinadora de la organización, Helena Maleno.

Los migrantes llevan a España por cuatro rutas diferentes: ruta Canaria, ruta de Alborán, ruta Argelina y ruta del Estrecho. De nuevo, la mayoría de las víctimas se han registrado en la Ruta Canaria, hasta 800 personas han perdido la vida en los 28 naufragios sucedidos en esta ruta.

Sus características físicas, las embarcaciones demasiado endebles para el océano, las largas distancias, las relaciones políticas entre los países en la zona sujetos a intereses territoriales marítimos y terrestres, hacen que sea complicada la colaboración para defender el derecho a la vida entre los países, o que haya demoras en la activación de servicios de rescate, según Caminando Fronteras.

Las rutas hacia territorio español

Por otra parte, en la Ruta de Alborán, los tres naufragios que fueron recogidos en este período elevaban a 35 las personas fallecidas. En cuanto a la vía argelina, se tiene conocimiento de 11 naufragios que resultaron en 101 víctimas. Ésta ruta está, según la organización,  "totalmente invisibilizada", ya que "la omisión del deber de socorro se une a la falta de alertas por parte de las personas y las familias, que avisan demasiado tarde. "Estos dos hechos conjuntos hacen que, aunque sabemos que hay cientos de familias buscando a víctimas de esta ruta, no se puedan dar cifras que se aproximen a la realidad", según Caminando Fronteras.

Por último, en el Estrecho, dos naufragios dejaron dos personas fallecidas. A todas estas víctimas habría que añadir las 40 muertes en la frontera terrestre, entre Nador y Melilla, a raíz de la tragedia del 24 de junio.

En el transcurso del semestre, los meses de enero y junio concentran la mayoría de víctimas, con 306 y 290 personas fallecidas respectivamente. En promedio, cinco  personas perdieron sus vidas cada día del primer semestre de 2022 en la Frontera Occidental-EuroAfricana. Las víctimas procedían de hasta 23 países diferentes, entre los que se encuentran Marruecos, Argelia, Guinea Conakry, Costa de Marfil, Senegal y Siria.

La valla de Melilla

En su informe, Caminando Fronteras hace un apartado especial destinado a la "ratonera" en la frontera de Nador con Melilla, donde se registraron muertos en un intento de salto a la valla el 24 de junio.

La organización denuncia que las cifras de las víctimas mortales siguen siendo aún "una incógnita", aunque la entidad de ayuda a los migrantes habla de 40 muertos. El 30% de las personas que fueron víctimas/supervivientes son menores entre 15 y 17 años. Además, un 5% por ciento son niños con edades entre los once y catorce años.

"De nuevo la falta de transparencia ha impedido a las organizaciones y familiares tener acceso a las personas fallecidas para proceder a su identificación, no se ha podido saber si se han efectuado autopsias que revelen las causas de las muertes. Por lo tanto, no solo se ha violado su derecho a la vida, sino también los derechos que asisten a las personas muertas y sus familias a ser identificadas, saber la verdad sobre las causas de las muertes y ser enterradas con dignidad", ha explicado Caminando Fronteras.

Según la organización, el 80% las personas atendidas sufrieron heridas de diversa gravedad y consideración el 24 de junio. La mayoría de las lesiones se habían producido por golpes y violencia -fracturas en piernas, brazos y cabeza aparecían en los cuadros clínicos-. "Nos machacaban incluso cuando estábamos tirados en el suelo, no teníamos fuerzas, estábamos ya al límite del cansancio", han relatado algunos de los migrantes.