Ivy es un galgo hembra de color negro que se escapó de su casa el lunes 10 de julio a las 18.00 horas en la zona de Pío Baroja, Antiguo, de Donostia y aún no ha sido recuperada. Su familia, junto con la protectora Galgo Leku, han puesto anuncios por toda la ciudad y en los periódicos, con los números de contacto para que en caso de que alguien la vea, llame inmediatamente.

Es importante no llamarla, no seguirla y no intentar cogerla, advierten, porque es un animal muy asustadizo y muy miedoso que con el mínimo indicio de que alguien se acerca sale corriendo. Si alguien la ve, es importante que llame a sus dueños o la protectora Galgo Leku mediante los tres números de teléfono para que ellos se acerquen inmediatamente al lugar y la intenten calmar.

Teléfonos de contacto:

  • 692457821
  • 652705178
  • 652589642

"Ivy es una perra que acogimos en nuestra familia mediante la protectora de Galgo Leku. Es un perro que tuvo una vida muy difícil y por eso tiene mucho miedo y reacciona huyendo a cualquier interacción", explica Miguel, el dueño de Ivy. "Mi pareja y yo estamos muy preocupados buscándola desde el lunes, casi sin dormir, no sabemos cómo se encontrará ahora, por eso agradecemos cualquier difusión y ayuda diciéndonos el lugar y la hora en la que se le ha visto", añade.

"Es muy importante que la gente entienda que lo más importante es no llamarla, no seguirla y no acercarse. Solo avisar"

Están recibiendo muchas llamadas de personas que han visto a Ivy por la zona de Pío Baroja y las inmediaciones y aseguran que "están desbordados". Los dueños siempre sacaban a pasear a Ivy a los jardines de la cuesta de abajo del paseo de Pío Baroja y suponen que ese es el lugar en el que Ivy se sentirá más segura y tranquila por ser un sitio conocido para ella.

El Galgo Ivy con uno de sus dueños en el Palacio de Miramar N. G.

Últimas noticias

Ayer la Ertzaintza se puso en contacto con los dueños del animal, Miguel y Maider, para informarles de que Ivy estaba en el Centro de Donostia y que había estado a punto de ser atropellada por un coche. "Nos dijeron que no había manera de detenerla y que se notaba que estaba muy asustada", cuenta Miguel muy preocupado.

Esta mañana, en cambio, alguien ha avisado a los dueños de que han vuelto a ver a Ivy en Pío Baroja y que parecía más tranquila.

"Todos los días estamos poniendo comida en un mismo sitio cerca de nuestra casa para ver si coge una rutina y podemos acabar poniendo una jaula para recuperarla", explican sus dueños.

Ivy dando un paseo N. G.