La Semana Santa está a la vuelta de la esquina y los hoteles de Donostia ya están preparados para acoger a los turistas que han decidido pasar estos días en la capital guipuzcoana. La primera Semana Santa sin apenas restricciones después de dos años traerá un aumento en la ocupación hotelera, aunque con números todavía lejanos a los registrados prepandemia. En términos de ocupación, la Semana Santa se limita a las noches del miércoles al domingo y se estima que la ocupación rondará el 75% de media, con días al 90% y otros al 50%. La demanda es hipersensible y en este momento, cualquier noticia relacionada con la pandemia, el uso de la mascarilla, la meteorología, las noticias sobre la guerra o el ascenso de los precios de los combustibles pueden alterar al alza o a la baja esta estimación.

“El momento sigue siendo complicado, por algo diferente a la pandemia, que, hay que recordar, que no se ha acabado de ir. Se ha mejorado muchísimo, pero sigue latente y se ha sumado la guerra de Ucrania, que también nos ha dejado muy descolocados, sin olvidar la subida del IPC”. Son palabras de Elena Estomba, presidenta de la Asociación de Hoteles de Gipuzkoa. Estima, pese a todo, que “Donostia recuperará un poquito de color”. “Estamos todos esperando eso, que se recupere en Semana Santa y que empiece a normalizarse la situación, que la gente siga viajando, que las empresas empiecen a reunirse de manera presencial...”, desea Elena.

No olvida que “seguimos teniendo ciertas restricciones respecto a otros países”. El tema de la mascarilla sigue muy latente. “Aquí la seguimos teniendo, cuando la gran mayoría ya la han quitado. Hay mucha gente de fuera que viene y se sigue sorprendiendo. Nos dicen que no se imaginaban que siguiéramos con la mascarilla”, explica, aunque es consciente que “hay unas circunstancias infinitamente mejores. La situación no tiene que ver a los dos años anteriores”, quiere dejar claro.

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Entiende Elena Estomba que al ser un sector “terriblemente transversal, casi todo lo que pasa nos afecta”. Primero fue la pandemia. “No había movilidad y los hoteles, sin movilidad, no tenían ningún sentido”, reconoce. Y ahora una guerra, que “ha derivado en un encarecimiento enorme de todos los temas energéticos, que afecta en nuestros propios sistemas de producción”. Subraya que “para nosotros, la energía es importante”. Además, el encarecimiento del carburante “afecta en el presupuesto del viaje”, sin olvidar, claro está, la subida del IPC: “La gente ve un encarecimiento en todos los productos y va a prescindir de aquellos que sean prescindibles”, se sincera.

El conflicto bélico en Ucrania está afectando no solo a las reservas internacionales. “A los que vienen de fuera les sigue costando mucho llegar, ahora por una guerra en Europa. En el caso de los japoneses, afecta el cierre del espacio aéreo, con lo cual el viaje que tienen que hacer es mucho más largo, e incluso en el caso de los nacionales, porque esto nos ha afectado mucho anímicamente”, puntualiza. “Nos ha generado otra inseguridad diferente a la que teníamos con la pandemia, la referente al encarecimiento de la vida”, considera. “La gente tiene miedo en el cuerpo”, enfatiza.

Lo que sí tiene claro la directora del Hotel Londres es que “tenemos que intentar generar que esta ciudad sea terriblemente atractiva para que vengan. Es lo que intentamos teniendo una oferta de calidad, que la gente aprecie y decida venir aquí por encima de otros destinos”, desea una Elena Estomba que ve “botes verdes”, confiando en el “músculo” que tiene Donostia en lo que a oferta hotelera se refiere.

Un 82% de ocupación en alojamientos rurales

Gipuzkoa, a día de hoy, tiene una ocupación en lo que a alojamientos rurales se refiere de un 82%, un dato “muy bueno teniendo en cuenta el contexto en el que nos encontramos”, considera Idoia Ezkurdia, gerente de Nekatur. La media de ocupación en Euskadi para las cuatro noches (miércoles, jueves, viernes y sábado) de Semana Santa es del 78,63%, mientras que la de las cinco noches, incluyendo el domingo, es de un 71,44%. Se ha detectado que los días de mayor ocupación serán las noches del jueves, viernes y sábado (14, 15 y 16 de abril) mientras que los datos del domingo, 17 de abril, bajan de manera considerable. En cuanto a la semana de Pascua, de momento, los datos son inferiores a los de años precedentes (33,34% en 2021, 30,72% en 2019, 29,19% en 2018) .

“Casi no nos acordamos de la pandemia, pero hay otros condicionantes, como el tema de la guerra de Ucrania, la subida de precios... Afecta no solamente a los propietarios, en el tema de gas, luz, sino también a los clientes, a las economías familiares”, analiza Ezkurdia, para quien la gente, a pesar de la “situación de incertidumbre en la que estamos, tiene ganas de salir”. “Seguimos recibiendo reservas y entendemos que el dato del 82% va a ir subiendo”, sostiene.

Antes de la pandemia, el alquiler de alojamientos rurales ya había experimentado un crecimiento importante. Así lo atestiguan los datos. En 2013, en Semana Santa, Gipuzkoa tuvo un 62% de ocupación, por el 82% de 2022. En 2019, por ejemplo, Gipuzkoa estuvo cerca del 90%. De hecho, tal y como informa la gerente de Nekatur, “en 2021 los alojamientos rurales fueron la modalidad alojativa con mejores datos en Euskadi en comparación con otras modalidades”.