“No queremos formar parte de las relaciones que se alimentan de violencia”, han proclamado este jueves a primera hora de la mañana integrantes del colectivo feminista Euskal Herriko Neska* Gazteak, que han cortado el tráfico en la Variante de Donostia, a la altura de Carlos I. La protesta se produce en un contexto en el que los delitos contra la libertad sexual en Euskadi han experimentado durante 2021 un crecimiento del 33,46%, según los datos sobre infracciones penales facilitados por la Ertzaintza.

El llamativo aumento de delitos (que han pasado de 520 a 694), se explica en buena medida por el acusado descenso que experimentaron estos episodios violentos durante el primer año de pandemia, en el que tanto se redujo la interacción social. De hecho, si se compara con 2019 (año prepandemia), el incremento es más atenuado: un 12,3%, es decir, 52 delitos más.

Estos mismos datos, sin embargo, propician una segunda lectura: en la medida que se recuperan parcelas de libertad y se participa de la vida social ocupando espacios públicos, las agresiones se disparan. Al grito de "Gora borroka feminista", varias activistas han cruzado esta mañana a las 8.15 horas un contenedor a la altura del número 26, han lanzado bombas de colores y se han sentado en medio de la carretera mientras desplegaban pancartas bajo el lema Zaintza gabe bizitzarik ez, neska* gazteok borrokan gaude, (No a la vida sin protección, las jóvenes estamos en lucha).

Dos integrantes del colectivo han sido identificadas por la Guardia Municipal, según han informado las activistas en las redes sociales. Este movimiento aglutina en Euskal Herria a jóvenes de diferentes asociaciones feministas que han visto la necesidad de trabajar en red para responder colectivamente un sistema “heteropatriarcal y capitalista” que juzgan caduco. Se reivindican como sujetos políticos y abogan por organizarse colectivamente.