- Varios miles de personas desfilaron ayer en Bruselas en protesta por el cierre de cines, teatros y salas de espectáculos por prudencia ante la emergencia de la variante ómicron. Bélgica, que ya contaba con medidas como el teletrabajo parcialmente obligatorio y el cierre nocturno de bares y restaurantes, prohíbe desde ayer el grueso de actividades culturales en interiores, con excepciones como museos o bibliotecas, en un contexto de alta incidencia (1.090 puntos), pero de descenso de los contagios. “Fuimos los primeros en cerrar y los últimos en reabrir. Pero esta macabra lotería ya no trata de salud. Esto es un juego económico y político y, lamentablemente, somos las víctimas más fáciles”, declaró el actor Stany Crets.