a erupción volcánica de La Palma se está siguiendo con angustia también desde Gipuzkoa. Especialmente, aquellos que tienen familiares y amigos en la isla canaria. Entre estos se encuentra Emilio Hernández, palmero que reside en Urretxu desde hace más de 40 años.

Hernández es de Santa Cruz de La Palma, la capital de la isla. Estudió Magisterio en Madrid. En su época de estudiante, durante unos sanfermines, conoció a la que es su esposa: la urretxuarra Maribel Zabala. Los fines de semana venía de Madrid a Urretxu y cuando se casaron se instalaron aquí. Cuando un isleño conoce a alguien de fuera, sabe que lo más probable es que tenga que abandonar su lugar de origen. “Los que vivimos en islas estamos muy acostumbrados a viajar: en barco, en avión...”. También tienen que acostumbrarse al frío. “Cuando estudiaba en Madrid, del frío que tenía, me ponía un pijama por debajo de la camisa y periódicos debajo del pijama. También me metía periódicos en los zapatos”.

Este palmero nació en 1949, por lo que ha vivido tres erupciones volcánicas: la de junio del 1949, la de octubre de 1971 y la actual. “De las tres que he conocido, esta es la mayor. Me casé en 1974 y aquel verano fuimos a ver el Teneguía. Habían pasado casi tres años desde la erupción, pero no se podía soportar el calor. Una erupción es algo impresionante”.

De esta última erupción se han librado por poco. “Todos los años vamos a La Palma un mes y medio. Volvimos de La Palma el 1 de septiembre y nada hacía presagiar lo que iba a suceder. A los pocos días comenzó la erupción. Estábamos en Anoeta viendo el partido que jugaron la Real y el Sevilla y me llegó una imagen del volcán. Un amigo mío iba de la parte de Tijarafe a Santa Cruz de la Palma y delante del coche explotó el volcán. Mi amigo enseguida se dio cuenta de que aquello iba a ser algo grande”.

Hernández está sufriendo mucho, pues tiene familiares y amigos en La Palma. “Tengo un hermano, tres tíos y muchos primos. Mi hermano me llamó enseguida. Pensábamos que iba a ser como el Teneguía, pero que iba a arrasar más poblaciones. El Teneguía fue cerca del mar. Si hubiese durado poco, no hubiera arrasado tantos núcleos poblados. Pero se ha ensanchado mucho. En algunos sitios tiene 40 metros de altura. Es una zona muy rica, de plátanos y turismo, y se ha perdido. Muchos amigos han perdido casas, fincas... todo. Se han quedado sin nada”.

Lo está viviendo con tristeza. “Las fotos y vídeos que me llegan son impresionantes. Hay gente de 70 años que lo ha perdido todo. No tienen a dónde ir. No se sabe dónde van a vivir y de qué. Muchas casas no estaban aseguradas, porque no hay cultura de asegurar las casas. Muchas casas no están registradas. Han pasado de generación en generación y no constan en ningún lado, se les han hecho añadidos... Vete y reclama eso. El volcán ha destrozado barrios enteros de la parte sur de la isla. Están hablando de construir barrios nuevos. ¿Dónde? El volcán aún no ha cesado su actividad y La Palma está protegida. El Gobierno de Canarias no puede dar ayudas hasta que el volcán cese su actividad y se puedan valorar todos los daños. Hay que hacer carreteras nuevas. Pero esa lava va a tardar tiempo en enfriarse. ¿Cómo se van a hacer las carreteras? Van a hacer falta muchos millones para reconstruir La Palma. Y la isla no tiene medios para hacer carreteras. Tendrán que construir fábricas de asfalto. Y se han perdido algunas de las mejores fincas de plátanos”.

Ve Televisión Canaria todos los días. “Televisión Canaria tiene una cámara fija y emite imágenes del volcán las 24 horas del día en su web. Paso muchas horas viendo Televisión Canaria y hablando con mi hermano, el resto de mis familiares y mis amigos. La gente que vive en la vertiente de la capital, entre ellos mi hermano, solo sufre el ruido del volcán y las cenizas. Pero esas cenizas se meten en el organismo y no saben lo que va a provocar el día de mañana”.

Lo más angustioso es que esto no tiene fecha de caducidad. Nadie sabe cuándo se detendrá la erupción. “Cuando se para es para recargarse. No sé por qué, pero cuando más lava expulsa es por la noche”. Es una tragedia, pero no cree que cause un trauma en la población. “Mis padres decían que se supera. Que a los dos o tres años de la erupción del 49, lo habían superado”.

Dice que vivir en una isla pequeña, marca el carácter. “Es una isla pequeña, pero el que ha nacido allí no siente claustrofobia. Los que van de fuera sí sienten claustrofobia. Vivir en una isla tan pequeña marca el carácter. Te resignas. Y el ritmo es más pausado. La gente vive con mucha tranquilidad”.

La Palma tiene muy poco turismo, en comparación con otras islas. Invita a todo el mundo a visitar su isla. “La Palma tiene muchas menos infraestructuras que otras islas. Es una isla verde y las playas tienen arenas negras. Eso retrae mucho a la gente. El turismo es sobre todo, turismo rural. La mayoría de la gente va a hacer senderismo. Para el que le gusta andar, es un sitio ideal. Date cuenta de que se sube de cero metros a 2.300. Hay volcanes, zonas verdes, río... Y el observatorio astrofísico de Roque de los Muchachos. Cuando pase todo esto, invito a todo el mundo a visitar La Palma. Todo apoyo va a ser poco. No quiero que la gente se olvide. Soy socio de la Real y a todos los partidos llevo una bandera de apoyo a La Palma”, concluye.

“Paso muchas horas viendo Televisión Canaria y hablando con mis familiares y amigos”

“Cuando pase todo esto, invito a todo el mundo a visitar la isla de La Palma”

Palmero residente en Urretxu