DONOSTIA- Ver Netflix en una txabola remota de Aralar o hacer videollamas por WhatsApp desde la montaña es por el momento uno de los privilegios que solo tiene Kontxi Lertxundi, una ganadera con más de 30 años de experiencia en esta profesión milenaria. Nadie más. Pero esta y otras realidades podrán extenderse en un futuro próximo a la comunidad de 40 pastores y ganaderos que habitan en la mancomunidad de Enirio-Aralar cada año desde mayo hasta finales del verano o incluso octubre, si el proyecto piloto que está llevando a cabo Hispasat con sus tecnología vía satélite llega a buen puerto. El funcionamiento durante las primeras semanas resulta sorprendente.

A miles de kilómetros de distancia, con satélites que orbitan en el espacio a 36.000 kilómetros de altura, la tecnología fija sus ojos sobre la sierra de Aralar, en cuya vertiente guipuzcoana se encuentra la mancomunidad de Enirio-Aralar: más de 3.000 hectáreas de terreno situadas en su mayor parte a más de 1.000 metros de altitud sobre el nivel del mar; allí pastan 18.000 ovejas, 900 yeguas y 900 vacas pertenecientes a los ganaderos de los 15 pueblos que conforman la mancomunidad.

Enirio-Aralar cuenta además con 40 cabañas situadas en zonas remotas que se ceden a los pastores de la mancomunidad para que puedan permanecer junto a sus rebaños y realizar tareas como el ordeñado o la elaboración de quesos entre mayo y septiembre u octubre incluso.

Una antena parabólica instalada en la txabola de Kontxi Lertxundi y 59 sensores repartidos entre el municipio de Abaltzisketa y el propio parque natural hacen posible todo esto y permiten además conocer en tiempo real infinidad de información: hasta los datos biométricos de una vaca, sus constantes vitales; lo hacen mediante un sensor con GPS colocado en el cencerro del animal, que permite también monitorizar sus movimientos y establecer alertas si se extravía o aleja de una zona determinada. Si está enfermos o muerto. Toda la información le llega al móvil en tiempo real al dueño del animal, aunque esté de vacaciones en Singapur. Vía satélite.

Todo esto es tecnológicamente posible ya. Este proyecto de Hispasat, del grupo Red Eléctrica Española (REE), desarrollado en colaboración con la firma Elewit (REE) y Nexmachina, una firma vasca especializada en sensorización, ha sido presentado este fin de semana en la Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural, Presura, que se celebra desde el viernes hasta hoy en Soria. El proyecto piloto lleva en funcionamiento ya unas semanas, desde finales de septiembre.

En la última visita que NOTICIAS DE GIPUZKOA realizó a la sierra de Aralar, Jon Arregi, pastor de Zerain, guardaba su móvil en lo alto de una estantería, metido en un vaso, en una esquina situada en lo alto de su txabola, Beaskin. Era el único sitio de la zona, decía, en el que cogía algo de cobertura.

Llegar allí cuesta una hora y media (30 minutos en todoterreno y una hora a pie). Pero su futura vida como pastor la vislumbra ahora distinta: el ejemplo lo tiene un poco más abajo, en la txabola que ocupa desde mayo hasta septiembre-octubre la familia de Kontxi. Allí pueden ver Netflix si quieren y la ya popular serie El Juego del Calamar.

El futuro instalado de lleno en cabañas milenarias, con más de 3.000 años de antigüedad acreditada algunas. A partir de ahora, también se podrá saber si un excursionista irrumpe en ellas, o si existe riesgo de incendio. La sierra también cuenta con estaciones meteorológicas. Aralar monitorizado. El Internet de las cosas (iot).

Videollamadas por WhatsApp

Kontxi Lertxundi está acostumbrada a hacer vida en Aralar. Antes la hacía con su familia casi al completo, pero a medida que los pequeños dejaron de ser pequeños, la situación ha cambiado. Hace cinco años, cuando NOTICIAS DE GIPUZKOA, visitó su residencia veraniega (la txabola de Aralar), decía que no quería un futuro así para su hijo mayor, Xabat, que entonces contaba con 16 años. "Creo que somos los últimos navegantes", decía. Hoy, ese futuro digital se ve algo distinto: "Subimos con todo el ganado el 1 de mayo hasta que el tiempo lo permite y estás aislado de la civilización. Nos va a venir muy bien para poder estar en contacto con los hijos, que están abajo", reconoce.

Hispasat anunció el mismo viernes en la feria Presura de Soria que lanzará un servicio mayorista para las operadores de telecomunicaciones. Su tecnología, asegura la compañía, permite ofrecer "conexión universal en el 100 del territorio español": 100 Mb/s en cualquier punto, por muy remoto que sea, como la sierra de Aralar, y por eso ha emprendido este proyecto piloto allí.

  • Lea más: humanizando el trabajo en alta mar

"Eso significa que estás en una cabaña de los pastores y tienes una antena, con un router muy similar a los de casa. Yo estuve en la cabaña de Kontxi en septiembre e iba de maravilla", asegura Víctor Inchausti, responsable de Comunicación de Hispasat. Wifi en las montañas.

Los esfuerzos por superar la brecha digital e implantar conexiones de alta capacidad en todo el territorio es, de hecho, una de las apuestas en las que lleva trabajando desde hace unos años la Diputación de Gipuzkoa, que se plantea como objetivo que en 2022 no queden en nuestro territorio zonas habitadas sin conexión rápida. Pero hablamos de conectividad residencial, en zonas rurales, sí, pero habitadas. Hispasat llega más allá. A la punta del monte o a la mitad del oceáno.

Abaltzisketa, el pueblo inteligente

Igual de ambiciosa es la otra vertiente de este proyecto piloto, la que afecta al municipio de Abaltzisketa y su barrio de Larraitz, a los pies del monte Txindoki y la sierra de Aralar. Allí el Internet de las cosas ha llegado para quedarse seguramente.

Un pueblo monitorizado, con sensores que regulan de forma automática el control de la iluminación pública (cambian la intensidad de las farolas en función de la luz del día); y otros que miden y controlan el estado de los contenedores de residuos. Adiós a la recogida periódica de estos deshechos. El camión solo tiene que ir cuando es necesario, cuando el sensor alerta de que está lleno. Bienvenidos al futuro.

Jon Zubizarreta, alcalde de Abaltzisketa, una pequeña localidad de 325 habitantes y con una "población muy dispersa", asegura que este proyecto "nos viene muy bien, porque tenemos pocos trabajadores en el Ayuntamiento y los de la corporación tampoco estamos liberados". Por eso, añade, "poder controlar digitalmente tantos servicios públicos es un gran avance".

Zubizarreta también se acuerda de los pastores. Aralar, dice, es una "extensión" de Abaltzisketa para él, y "contamos con los pastores, para que tengan Wifi, una cosa tan básica en esta vida tan moderna. Hay que fomentar el pastoreo y la actividad agraria", afirma el primer edil de Abaltzisketa, que también es pequeño ganadero.

El proyecto piloto de Hispasat también permite medir el control y los accesos a la mancomunidad de Enirio-Aralar, el número de visitantes, peatones, información valiosa a nivel de gestión turística; avisa, además, cuándo el parking está lleno, de cuántas plazas libres quedan libres en el aparcamiento a los pies de Txindoki. Como si fuese un moderno parking subterráneo, con sensores en cada plaza. Y todo consultable mediante códigos QR en las propias zonas de acceso. "Eficiencia y comodidad", reitera Inchausti.