- El turismo es, desde hace unos años, uno de los ejes económicos de Euskadi y, por tanto, de Gipuzkoa. Un sector cuyo crecimiento estaba siendo constante. La tendencia en ciudades como Donostia, en las que cada vez se veían más hoteles en construcción y una mayor presencia de turistas en la hostelería, así lo atestiguaba. "Enero y febrero fueron buenísimos", señalan desde Aparture (Viviendas de uso turístico de Euskadi). Pero luego llegó el COVID-19 y el turismo se desmoronó. Se recuperó levemente en verano y volvió a desaparecer en otoño. Y ahora está peor que bajo mínimos. A cero.

No hay turismo, y no se sabe cuándo regresará cierta normalidad a uno de los sectores económicos que más está sufriendo durante la pandemia. NOTICIAS DE GIPUZKOA ha pulsado la opinión de agencias, hoteles, apartamentos, guías y compañías de transporte y el escenario es duro. Hay autónomos que no han ingresado nada desde marzo. Algunas empresas apenas trabajan un pequeño tanto por ciento de lo que trabajaban en 2019, otras han cerrado temporalmente... con todo lo que eso supone para miles de trabajadores, muchos de ellos en ERTE. Se aferran a que regrese la normalidad en el turismo. El problema es ponerle fecha. Quizás el próximo verano. "Pero hay que aguantar hasta entonces...", dicen. Y para ello el sector pidió a las instituciones, hace unas semanas, "un plan integral de rescate de la industria turística vasca".

Elena Aguirre, Viajes Colón 14: "Nadie nos ha dicho qué sector está peor"

Las agencias de viajes vascas se manifestaron hace unas semanas en Bilbao para dar cuenta de su situación, que se puede resumir de la siguiente manera: "Llevamos más de un año sin ganar dinero". Lo dice Elena Aguirre, de Viajes Colón 14, agencia situada en Donostia. El motivo es que no solo se quedaron sin turismo desde marzo, sino que tuvieron que devolver a muchos clientes las cantidades que estos habían adelantado. "¿Es tan difícil de entender por parte de los que gobiernan? Es que todavía nadie nos ha dicho qué sector está peor que nosotros", expone Elena Aguirre, "indignada" ante el poco caso que les hacen las instituciones.

"El coronavirus no está afectando por igual a todos los sectores. Es una falta de respeto ignorarnos así", sigue diciendo Elena Aguirre, que aclara que en verano apenas tuvieron trabajo pese a que hubo más margen para moverse: "Había imposiciones como no poder estar en la calle grupos de más de diez personas y eso nos limitó mucho". Y reivindica: "No somos un sector tan amplio como la hostelería -hay alrededor de 180 agencias de viajes en Gipuzkoa-, pero la producción es grande: viajes, eventos, congresos€ una serie de cosas que mueven mucho la economía y suponen puestos de trabajo".

Tras un otoño sin prácticamente movilidad y un invierno que pinta igual, la situación es la siguiente: "El sector está muerto porque no se puede viajar para hacer turismo". Una situación que se puede alargar demasiado tiempo: "En un principio teníamos las miras puestas en Semana Santa, pero igual ya será en verano, cuando esté vacunada la mayoría de la gente. Si de aquí a verano no hay un rescate importante, y no estoy hablando de 1.500 o 2.000 euros, vamos a caer todas en efecto dominó. El panorama es muy malo. Hay agencias que han cerrado definitivamente, que por ahora son las menos, y otras temporalmente, esperando volver a abrir cuando todo esto acabe. Eso sí, creo que las agencias que aguantemos vamos a salir reforzadas porque un sector amplio de la población querrá gestionar sus vacaciones con agencias y no por Internet".

Lore Uranga, Atrae: "Llevamos un año sin facturar. Es dramático"

En una situación igual, o si cabe peor, están las agencias de viajes receptivas, es decir, las que trabajan con turistas que vienen a Euskadi. "Nuestra facturación en 2020 ha sido un 9% de la que hicimos en 2019. Hay que tener en cuenta que trabajamos sobre todo con el turismo extranjero", resume Lore Uranga, presidenta de Atrae (Agencias Turísticas Receptivas Asociadas de Euskadi), que aglutina a 26 agencias en la CAV, trece de ellas en Gipuzkoa, aunque el total de negocios rondará "los 36 en Euskadi", ya que algunos no están en la asociación.

"Las agencias receptivas está buscando otras vías de trabajo. Algunas están tirando para la consultoría, otras tienen un agroturismo y algo han facturado, en mi caso tengo también una agencia de viajes al uso y lo poco que he facturado es de ahí... Es una pena porque el sector estaba bien, se estaba profesionalizando mucho, se estaba haciendo un producto bonito y 2020 iba a ser muy bueno", comenta Lore Uranga.

El año 2021 está por ahora repleto de incógnitas: "Las expectativas han empeorado respecto a lo que pensábamos en noviembre. Creíamos que países cercanos como Alemania, Holanda, Bélgica, Francia o Italia podrían moverse quizás en primavera, pero ahora puede que sea en verano". Como ejemplo de para cuándo tienen propuestas, dice que ha recibido una "petición de un grupo de Estados Unidos para 2023".

"Nuestro mayor problema será aguantar estos próximos meses", añade, y dice que las agencias receptivas han hecho "propuestas de trabajo reales" a las instituciones "para poder facturar algo", además de "pedir ayudas": "Llevamos más de un año sin facturar. Está siendo dramático".

Ana Intxausti, Apite: "Trabajamos con grupos extranjeros, así que..."

"Cero. Hay gente que no ha facturado nada desde marzo, ni siquiera en verano". Es el resumen que hace Ana Intxausti, presidenta de Apite (Asociación profesional de guías de turismo de Euskadi), sobre la situación de los guías de turismo en Euskadi: "Trabajamos con grupos, sobre todo extranjeros, y el turismo que hubo en verano fue individual y más estatal, que muy pocas veces utiliza el servicio de guías. Así que, teniendo en cuenta que enero y febrero es temporada baja, llevamos un año sin ingresos".

La mayor parte de los guías turísticos son "autónomos": "No es que tengamos unos gastos muy grandes, no tenemos por ejemplo locales, pero no tenemos ningún ingreso. En un primer momento recibimos ayudas por parte de la Diputación, pero se pensaba que esta situación iba a ser más corta y la realidad es que se está alargando". De hecho, desde Apite prevén que no volverán a trabajar "hasta julio": "Antes será difícil, dependemos en gran medida del turismo internacional".

Ana Intxausti pide, al menos, que se prolonguen las ayudas estatales que están recibiendo "por cese de actividad", lo que supone "el 70% de la base reguladora". "Es lo que estamos cobrando y se acaba el 31 de enero". Y, a estas alturas, cree que la única receta es "aguantar": "La media de edad de esta profesión en Euskadi estará en los 50 años. ¿A dónde vamos si toda la vida hemos hecho esto? Toca aguantar... y esperar".

Asier Pereda, Aparture: "Todo el tejido turístico se puede venir abajo"

Las viviendas de uso turístico han crecido mucho en los últimos años y en la actualidad hay 3.000 en Euskadi, de ellas 1.800 en Gipuzkoa (1.200 en Donostia). Un sector cada vez más importante y con "impacto muy grande sobre hostelería y comercio", señala Asier Pereda, presidente de Aparture (Asociación de viviendas de uso turístico de Euskadi), que dice que "enero y febrero (de 2020) fueron buenísimos". Hasta que llegó la pandemia, que está dejando unos datos malísimos: "Vamos a cerrar el año con una caída del 70% de la cifra de facturación. De marzo a junio estuvimos cerrados, el verano fue de aquella manera porque el 75% de nuestra clientela es extranjera, y luego hemos estado parados otra vez en otoño". En suma, "un ejercicio terrible" pese a tener ahora, en navidades, una ocupación que ronda "el 50%".

Asier Pereda solicita "implementar un plan de emergencia" para ayudar a un sector que puede perder en unos meses todo lo que ha crecido anteriormente: "Esto que ha costado tanto construir, que es un tejido turístico vinculado a la calidad, se nos puede venir abajo si no se establecen unas ayudas directas. El escenario ahora mismo es muy difícil".

Reconoce el presidente de Aparture que le cuesta "ser optimista": "Ya tenemos la vacuna y podemos tener un horizonte mejor a medio plazo para recuperar, quizás, cierta actividad a partir de Semana Santa. Ojalá sea así, pero nos cuesta hacer proyecciones porque puede haber reveses. Preferimos ser prudentes porque el ánimo está justo".

Paul Liceaga, Hoteles de Gipuzkoa: "La facturación este año se ha reducido un 80%"

Parecida a la de los apartamentos es la situación de los hoteles. "Extremadamente complicada", resume, "sin edulcorantes", Paul Liceaga, director de Asociaciones Sectoriales de Adegi, que explica cómo ha sido el año: "Primero, los hoteles estuvieron cuatro meses cerrados, algo que condiciona todo el ejercicio. El verano fue mejor de lo que se esperaba, porque se esperaba muy poco, pero eso no lo hace bueno en ningún caso, y desde otoño, en este contexto de restricciones a la movilidad, esto es como si hubieras cerrado". De hecho, dice, "algunos establecimientos han decidido cerrar sus puertas" hasta que vuelva a haber turismo.

Paul Liceaga pide, además de ayudas al sector, un sistema para "aligerar la situación fiscal que soportan los hoteles, que es muy importante", ya que la facturación respecto a 2019 "se ha reducido una media del 80%". Además, cree que los hoteles deben hacer "un esfuerzo de anticipación para prever demanda según se vaya abriendo la movilidad": "Veníamos de un entorno en el que el público extranjero era muy importante, sobre todo el extracomunitario, que no va a venir ni mañana ni pasado. Así que si viene antes un público más cercano, tendremos que adaptarnos y prepararnos para dar un buen servicio a esa gente". Respecto a posibles cierres definitivos de hoteles debido a la crisis originada por la pandemia, no se atreve a ser contundente: "El escenario es tan serio como para que todo esté sobre la mesa. Ahora son cierres temporales, esperemos que sean eso y no decisiones de mayor calado".

Aintzane Aizpurua, Autocares: "No nos llaman y hay una gran incertidumbre"

Las compañías de transporte, como es el caso de Autocares Aizpurua, también están muy perjudicadas por la ausencia de turismo. "En nuestro caso solo mantenemos el servicio de colegios, así que estamos facturando alrededor de un 30% porque el 70% restante es servicio discrecional, casi todo turismo. Todas las empresas estamos igual, no solo es que no se mueva el turismo, es que nosotros necesitamos turismo en grupo", señala Aintzane Aizpurua, gerente de la empresa guipuzcoana.

Los autobuses han perdido "todas las oportunidades de negocio". No solo es la citada ausencia de turismo en grupos: "Los restaurantes no pueden acoger grupos de más de diez personas, las sidrerías no han trabajado nada, las bodas han sido grupos pequeños... Es que no nos llaman para nada. Desde marzo hasta ahora no hemos trabajado porque trabajamos mucho con extranjeros, sobre todo franceses, y no han venido".

Los trayectos en autobús "son seguros", dice Aintzane Aizpurua, tal y como se ha demostrado en los trayectos en autobús que hacen diariamente los escolares, pero el problema es esa ausencia de turismo. Esto hace que buena parte de la plantilla (27 personas) esté en ERTE: "Los conductores trabajan a turnos y en la oficina estamos la mitad. El sector se va a quedar a cero y no sabemos aún cómo será 2021. Hay una gran incertidumbre y el panorama es complicado".