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El tramo francés para conectar con la 'Y' vasca no arrancará hasta 2037

El Tribunal de Cuentas de la UE cree que el actual diseño tiene una capacidad demasiado baja para el transporte de mercancías

El tramo francés para conectar con la 'Y' vasca no arrancará hasta 2037

- El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea advirtió ayer de que el trazado ferroviario francés para conectar con la Y vasca no se iniciará antes de 2037 y alertó de que en su actual diseño la infraestructura tiene una capacidad "demasiado baja" para el tráfico de mercancías.

Estas son algunas de las conclusiones de un informe presentado este martes por el Tribunal en el que se analizan algunas grandes infraestructuras con impacto transfronterizo en desarrollo en la Unión Europea, como autopistas, ferrocarriles y vías navegables de gran escala, con un presupuesto total de 54.000 millones de euros.

El tribunal señala que la infraestructura es insuficiente para el tráfico de mercancías, pues la línea convencional a Burdeos existente posee una capacidad demasiado baja y necesita ser actualizada, y que la conexión con el resto de la red ferroviaria española de alta velocidad (vía Burgos) probablemente no estará terminada en 2030.

Añade que, aunque la importancia de la infraestructura transfronteriza entre Vitoria y Dax (Francia) se ha reafirmado en dos cumbres francoespañolas en 2013 y 2014, el trabajo de planificación en la parte francesa, que lleva debatiéndose desde la década de 1990, no se iniciará antes de 2037.

De manera más global, el tribunal considera que los "megaproyectos" transfronterizos de transporte avanzan más despacio de lo programado y probablemente no estarán listos para 2030, como estaba previsto, lo que haría a la UE perder un crecimiento económico potencial del 1,8%.

Los auditores subrayan en su informe que la media de retrasos de las obras analizadas es de once años y el sobrecoste del 47%.

El Tribunal de Cuentas considera que se debe principalmente a la "mala coordinación de los proyectos entre países", dado que "los Estados miembro tienen sus propias prioridades de inversión y procedimientos de planificación".

Los auditores critican, además, que la Comisión Europea no siempre haya evaluado "con independencia las especificaciones de construcción basándose en los niveles de tráfico potenciales de pasajeros y de mercancías" antes de asignarles fondos comunitarios.