eibar - Han tenido que pasar dos años y medio desde el brutal asesinato de la eibarresa Raquel López Airas, de 44 años, y de su hijo Markel, de 11, en la localidad madrileña de Alcobendas, pero los tribunales de la Audiencia Provincial de Madrid ya han emitido (en primera instancia) la sentencia que condena al que en el momento de los hechos era el compañero sentimental de Raquel, Mounir Ayad, como autor de un doble delito de asesinato.
Según se recoge en el fallo, el asesino de la eibarresa y de su hijo deberá hacer frente a dos condenas: de 25 años de prisión e inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena por el asesinato de Raquel (el tribunal añade el agravante de parentesco y de cometer el delito por razones de género); y de prisión permanente revisable e inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena por la muerte del pequeño Markel, fruto de una relación anterior de Raquel (en este caso el tribunal también aplica el agravante de parentesco a la responsabilidad criminal).
Además, la sentencia condena a Mounir Ayad, de origen marroquí, a indemnizar con 180.000 euros a cada uno de los hijos de Raquel (María del Mar y Jonathan Ramírez López) y con 120.000 euros al padre de Raquel, Luis López González, y a la madre, María Jesús Airas Cid.
Todo ello, sin olvidar que el fallo también condena al autor material del doble asesinato perpetrado con arma blanca a abonar las costas procesales (incluidas las de la acusación particular) y a reintegrar al Estado la cantidad de 51.120 euros.
posible recurso La resolución emitida por los tribunales de la Audiencia Provincial de Madrid no es firme, toda vez que ante la misma cabe interponer recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Y eso es, precisamente, lo que la abogada de la familia, Marisa Soroa, supone que hará el condenado “porque lo normal es que intente agotar todos los recursos de los que dispone”.
Aun así, la letrada contratada por el Ayuntamiento de Eibar para posibilitar que la familia de Raquel y Markel pudiera personarse como acusación particular (también han desempeñado ese papel la Abogacía del Estado y la Comunidad de Madrid) destacó durante una comparecencia celebrada ayer en el Consistorio eibartarra para dar a conocer las novedades existentes en torno a este caso que, “en una primera lectura”, entiende que “la sentencia está bien armada”.
Por su parte, la madre de Raquel y abuela de Markel, María Jesús Airas, se mostró muy emocionada y apenas pudo pronunciar unas palabras “para dar las gracias al Ayuntamiento y a la ciudad de Eibar por todo el apoyo que hemos recibido”.
Llegados a ese punto fueron otros familiares de las víctimas los que tomaron la palabra para insistir en la misma idea: “A pesar de los momentos tan duros que hemos tenido que pasar y que seguimos pasando, la ciudadanía de Eibar nos ha hecho sentir bien, apoyados, y el Ayuntamiento nos ha facilitado la realización de todos los trámites y nos ha hecho sentir que estábamos acompañados, que no estábamos solos, por lo que estamos muy agradecidos”.
Por su parte, el alcalde eibartarra, Miguel De los Toyos, subrayó que “desde el momento en el que sucedieron los hechos”, todas las formaciones políticas representadas en la institución estuvieron “de acuerdo en que el Ayuntamiento tenía que acompañar a la familia y facilitarle todo aquello que se pudiera”. Por ello, recordó, “en primer lugar colaboramos en el proceso para traer los restos de Raquel y Markel a la ciudad y a partir de ahí dimos los pasos necesarios para que la familia de las víctimas pudiera participar en todo el proceso judicial”.
Con su comparecencia de ayer, el primer edil y los familiares de Raquel y Markel quisieron “que el conjunto de la ciudadanía eibarresa conozca la realidad de la sentencia”, toda vez que desde que se produjo el doble crimen fueron muchos los actos de repulsa y de apoyo a la familia que se llevaron a cabo con una importante implicación de la ciudadanía local.
De hecho, a pesar de que Raquel llevaba viviendo fuera de Eibar desde poco después de alcanzar la mayoría de edad, en el momento de su asesinato fueron muchas las personas que la recordaban “jugando de niña” o como una chica “muy luchadora que desde muy joven trabajó como una burra en el sector de la hostelería para sacar adelante su vida”.
Donde el recuerdo de Raquel era y sigue siendo más nítido es en el barrio de San Kristobal, donde la víctima tuvo el domicilio familiar durante su infancia y adolescencia.