La menor tenía afición por los juegos online de preguntas y solía entretenerse compitiendo con otros usuarios para comprobar quién responde antes o a más cuestiones. Sin embargo, en este tipo de juegos, a veces hay intrusos con muy malas intenciones que lo único que buscan es que el juego les sirva de gancho para captar a menores. Así, dos de los usuarios del mismo juego en el que participaba la chica, vecina de una localidad de la Comarca de Pamplona, se sentarán en el banquillo de los acusados de un juzgado de lo Penal de la capital navarra.

Los hechos sucedieron en todo caso en fechas anteriores a julio de 2014, momento en el que la chica contaba con 14 años de edad, cuando la menor se había descargado en su móvil la aplicación Atriviate, que permite jugar al Trivial de manera online, en conexión con otros participantes en el juego, eligiendo rival o jugando partidas aleatorias. En suma, dicha aplicación supone interactuar con otras personas, compitiendo con ellas o incluso participando en el chat que la propia aplicación ofrece para que los usuarios conversen entre ellos. Según consta en el escrito de la Fiscalía, el juego se considera apto para todas las edades en las clasificaciones que constan en las tiendas de aplicaciones para teléfono móvil en las que se puede descargar de forma gratuita.

chat de la aplicación La menor había contactado con diversas persona en el chat de la aplicación y llegó a proporcionar a seis de los usuarios su número de teléfono móvil, que se encontraba a nombre de su padre. Una de esas personas con las que contactó fue un varón, A.O.L., que tiene ahora 23 años y por entonces contaba con 20 años y reside en Gasteiz. La Fiscalía pide para él diez meses de prisión por un delito de corrupción de menores así como un año de libertad vigilada.

Este acusado contactó con la chica por Whatsapp dos días de julio de 2014 y le realizó con ánimo libidinoso preguntas de carácter sexual e incluso le pidió una foto de su ropa interior, algo a lo que la menor accedió. Ese mismo día le había enviado otras fotografías en las que aparecía vestida y se apreciaba claramente su edad.

Por su parte, el otro acusado, residente en la provincia de Barcelona y que tenía 40 años cuando ocurrieron los hechos, se enfrenta a una pena de tres años de cárcel y tres años de libertad vigilada por un delito de elaboración de pornografía infantil. Este hombre, M.T.L., también contactó con la menor entre los días 18 y 26 de julio de 2014 y también lo hizo a través de Whatsapp. La chica le remitió por esta aplicación al menos una de las fotos en que salía vestida y que ya había remitido al anterior acusado.

Durante las conversaciones que mantuvieron, este procesado, con la finalidad de obtener una satisfacción sexual, también empezó a pedir fotos de la niña en las que apareciera desnuda. Así, finalmente consiguió una foto que la chica se hizo en el baño. Según el Ministerio Público, las conversaciones mantenidas por ambos son de alto contenido sexual.