donostia - La construcción de nuevos hoteles en la capital guipuzcoana ha empezado a dejar su huella estética en la ciudad, además de económica. La quincena de proyectos para establecimientos de distinta categoría que se desarrollan en la actualidad están permitiendo reutilizar viejos edificios en desuso situados a pocos pasos de la playa, así como aprovechar inmuebles de viviendas avejentados y en ocasiones sin uso.
Estos días ha llegado a los despachos municipales la recreación virtual del futuro hotel que se construirá en el arranque de la cuesta de Aldapeta, con fachada a esta vía así como a la calle San Bartolomé, que ocupará el lugar en el que se levantaba la antigua vía Argialde, de tintes modernistas. El edificio, que en los últimos fue espacio de acogida para personas sin hogar y para delincuentes, ha sido recientemente derribado. El hotel que ocupará su lugar, con 34 habitaciones, no seguirá el estilo anterior sino que tendrá una fachada blanca, con un aspecto clásico similar a la del hotel Londres, un histórico establecimiento que ha adquirido un edificio en su misma calle para crear otro negocio similar.
Los nuevos hoteles han dado una nueva vida a algunos edificios de pisos de Gros, como en el caso del joven Arrizul de la calle Ronda, y seguirán haciendolo en otros casos, como el del viejo cuartel de la Policía Nacional de la calle Amara, que se transformará en hotel para público homosexual con cerca de un centenar de habitaciones.
También el viejo convento de las Siervas de María en la calle San Martin, que se había quedado prácticamente vacío, es objeto actualmente de obras para su transformación interior en un hotel de cuatro estrellas, con 80 habitaciones. Otro hotel en el alto de San Bartolomé, también de alta categoría, se construirá sobre los restos del convento.
Las pequeñas villas también aprovechan para renovarse al albur de la llegada de turistas. La última en obtener licencia ha sido villa Eugenia, en Jai Alai.