donostia - Una de las primeras decisiones a las que tiene que hacer frente una familia es la forma en que educará a su hijo. Al finalizar el permiso de maternidad o paternidad, suelen asaltar las dudas. ¿Le llevamos a la guardería?, ¿cuál es la edad adecuada para la escolarización?, ¿es bueno que salga de casa tan pequeñito?, ¿en qué tipo de centro? Son muchos los factores que condicionan esta decisión: el coste del servicio de guardería, la posibilidad de conciliar la vida laboral con la familiar, disponer de una tercera persona que pueda cuidar al niño. En el Estado, la Educación Infantil es voluntaria hasta los cinco años y gratuita desde los tres. Y aunque parezca que la Educación Infantil está totalmente generalizada, existen grandes diferencias entre las comunidades autónomas.
Euskadi es, de largo, el lugar donde antes y más se decide escolarizar a los niños. Concretamente, la mitad de los niños y niñas de 0-2 años (51,9%) va a la guardería o haurreskola, frente al 30,7% del Estado. Y a tenor de los datos del Ministerio de Educación, no parece que esta gran diferencia se deba al nivel socioeconómico de las familias vascas o al PIB de Euskadi, ya que comunidades con características similares a las vascas tienen tasas de escolarización hasta los dos años mucho más bajas: Nafarroa (10,5%), Catalunya (36,4%) o Madrid (43,3%), por ejemplo. Extremadura, con una tasa de escolarización del 3,3%, y Canarias, con el 7,1%, son las comunidades del Estado donde llevar a los hijos a la guardería apenas si se contempla como opción.
La preferencia mayoritaria de las familias vascas en esta cuestión vital para el desarrollo de un niño las convierten en un verso libre dentro del Estado. Por un lado, los padres y madres apuestan por la escolarización temprana ya que la tasa neta de escolaridad a los dos años en la CAV es del 91,3%, frente al 49,8% del Estado. Y por otro, se escolariza antes. Cada vez hay más niños en las guarderías con menos años, incluso con meses. Por ejemplo, la tasa de escolaridad a los cero años se eleva al 20,3% en Euskadi, cuando la media estatal es del 9,7%, y al año de edad se duplica (44%). Para los tres años, prácticamente el 100% de los niños está en clase. Esta realidad, evidentemente, influye de forma decisiva en el tiempo de asistencia a Educación Infantil. El promedio del Estado se sitúa en los 3,8 años, mientras que los niños vascos pasan en esta etapa inicial 4,5 años, ocho meses más que hace una década.
La brecha que separa a España de Euskadi en este asunto se debe quizá a que a día de hoy la enseñanza infantil aún sigue teniendo muchos detractores, que opinan que este ciclo voluntario tiene un carácter asistencial y, por tanto, no responde a fines educativos. De hecho, este fue el argumento que usó el exministro de Educación, José Ignacio Wert, para paralizar el programa creado en 2008 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero Educa3, que destinaba anualmente 100 millones de euros para la creación de plazas de guardería de 0 a 3 años.
En Euskadi no existe tal debate. O, al menos, está muy arraigada la idea de que la etapa de 0 a 3 es y debe seguir siendo un servicio educativo, como lo pudo comprobar Patxi López. El lehendakari socialista vivió un auténtico conflicto en el seno de su Gobierno cuando la exconsejera de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, quiso poner el marcha los nidos familiares o haurretxeak, al estilo de los países nórdicos. El proyecto de crear pequeñas guarderías en pisos con espacio para diez niños a un precio de 100 euros mensuales para ayudar a la conciliación no solo se topó con la oposición de la comunidad educativa por el modelo asistencial de la propuesta, sino también con la de la exconsejera de Educación, Isabel Celaá, quien hizo bandera del “carácter educativo ” de esta etapa.
El Gobierno de Iñigo Urkullu ha guardado en el cajón las casas nido en favor de potenciar la red de haurreskolak. El Departamento de Asuntos Sociales ha decidido eliminar los nidos por la “falta de apoyos” que concitó el proyecto piloto de Zabaleta, porque nació “sin la necesaria colaboración” del Departamento de Educación y por la ausencia de “un acompañamiento normativo” que diera cobertura legal a las haurretxeak en cosas tan básicas como las condiciones higiénicas que debían guardar los pisos o la formación de las personas cuidadoras. La decisión del actual Ejecutivo parece acertada si se tienen en cuenta los resultados de un reciente estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid, que echa por tierra los argumentos de quienes se oponen a esta etapa al considerar que es meramente asistencial.
Rendimiento y equidad El estudio El impacto de la Educación Infantil en los resultados de Primaria firmado por el economista Daniel Santín y la profesora Gabriela Sicilia revela que cuantos más años está escolarizado un niño en Infantil, mejores resultados obtiene en Matemáticas y Compresión lectora cuando llega a Primaria. Según las conclusiones de la investigación, realizada con base en la última Evaluación General de Diagnóstico en 4º de Primaria, el alumnado obtiene una media del 6% más de rendimiento en competencia matemática y del 4,5% en lectura por cada año de escolarización infantil.
Durante la presentación del informe el mes pasado, Santín resaltó que la enseñanza infantil tiene “una influencia positiva” y “estadísticamente significativa” en estas dos materias. Además de académicos, esta educación tiene otros beneficios como la prevención del abandono escolar. Según Santín, la educación es un “motor de igualdad de oportunidades” y “promoción social”, supone una mayor productividad laboral en la edad adulta y una renta más alta. Además, el estudio pone de manifiesto que los que han cursado más años de Educación Infantil suelen tener “mejor salud”, menos riesgo de embarazos no deseados y de caer en la delincuencia (“baja criminalidad”) y pagan más impuestos porque sus ingresos son mayores, lo que también beneficia al conjunto de la sociedad.
Santín recomienda no comenzar la escolarización infantil después de los tres años, pero no es partidario de que sea obligatoria, sino que se informe de sus beneficios a las familias y se dispongan los recursos suficientes para extenderla.
Otro de los factores que podría explicar las importantes tasas de escolarización en el ciclo inicial de Educación Infantil en Euskadi es la oferta de plazas, sobre todo el papel de las haurreskolak. El Consorcio Haurreskolak ofrecerá en septiembre un total de 8.300 plazas, distribuidas en 233 escuelas infantiles de 177 municipios. Además se arrancará con la apertura de la nueva haurreskola de Sondika. Salvo los problemas de escasez de plazas detectados en Getxo, Ezkerraldea o Bilbao (Abando, Basurto y Deusto), la red pública tiene un alto grado de cobertura. El curso 2012-2013 se ofertaron 13.456 plazas de 0-2 años en Euskadi, de las que el 51% fueron públicas entre haurreskolak y escuelas municipales.
No obstante, el Consejo Escolar de Euskadi alertó en su último informe de situación de que se ha producido una “recuperación de la matrícula en los centros de titularidad privada” debido a la crisis. Y la crisis, entre otros factores, ha llevado al Gobierno Vasco a poner en marcha el nuevo sistema de cuotas bonificadas en las haurreskolak. De este modo, se pasa de un sistema de cuotas y becas, a un sistema de cuotas y bonificaciones “más equitativo para las familias usuarias, que permitirá escalonar el esfuerzo económico que realizan con base en su nivel de renta”, afirma Educación. A partir de ahora, la renta, junto con la tipología familiar y el número de hijos e hijas, determinará el tramo en el que se ubicará cada familia, y por tanto, la cuantía de la cuota mensual que deberá abonar.
Becas por bonificaciones En la actualidad, todas las familias abonan la misma cantidad, sea por un servicio diario inferior a 5 horas (160 euros al mes) o por un servicio de hasta 8 horas diarias (208 euros). A diferencia del sistema actual, las nuevas bases determinan tres tramos diferentes, teniendo en cuenta la renta familiar estandarizada. Así, las familias con renta estandarizada igual o inferior a 10.000 euros, pagarán una cuota de 118 euros por ocho horas, o 91 euros por cinco horas. Para rentas entre 10.000 y 15.000 euros, la cuota de ocho horas será de 180 euros y la de cinco horas 140 euros. Por último, las rentas superiores a 15.000 euros, pagarán 208 euros por ocho horas y 160 euros por cinco horas. Al tratarse de una renta estandarizada, para determinar el tramo que le corresponderá a cada familia, se tendrá en cuenta un coeficiente de equivalencia. Este se determinará por las características propias de la familia: renta de las familias, la naturaleza de las familias y el número de hijos e hijas.
Por tanto, cada familia deberá dividir su renta por este coeficiente que se le asignará con base en el tipo de familia. Como ejemplo, a una familia monoparental con dos hijos y una renta de 18.500 euros le corresponde un coeficiente de 1,9, con lo que la renta estandarizada queda en 9.736 euros. Por tanto, le corresponde el primer tramo y abonará una cuota de 118 euros (por 8 horas) o 91 euros (por 5 horas). Una familia biparental, con dos hijos y una renta familiar de 25.000 euros le corresponde un coeficiente de 2,1, con lo que daría 11.905 euros de renta estandarizada. Se situará en el tramo 2 del umbral, y pagará una cuota bonificada de 180 euros por 8 horas o 140 por 5 horas (antes 208 euros por 8 horas y 160 por 5 horas).
Educación defiende que con este sistema a las familias que obtengan una bonificación, se les aplicará de inmediato en el pago de la cuota, sin esperar a la resolución de las becas. “Esta inmediatez beneficiará a las familias con una mayor necesidad económica”, afirman desde el Gabinete de Cristina Uriarte. Además, quienes antes no obtenían beca, ahora tendrán derecho a la bonificación. “Se amplía, en aras a la equidad el número de beneficiarios de las bonificaciones”.
TABLA 1. Tasas netas de escolaridad en 0, 1 y 2 años y distribución porcentual del alumnado de estas edades según titularidad del centro. Curso 2011-2012
Tasa neta de escolaridad% Alumnado de primer ciclo
0-2 Años0 años1 año2 añosCentros públicosCentros privados
Estado Español30,79,731,849,851,748,3
Andalucía33,78,235,655,941,059,0
Aragón31,79,233,851,354,046,0
Asturias16,98,117,624,483,716,3
Baleares21,57,223,433,268,231,8
Canarias7,12,16,212,361,338,7
Cantabria24,03,29,057,974,725,3
Castilla y León16,95,417,028,057,942,1
Cast. Mancha33,910,335,854,464,835,2
Cataluña36,411,538,558,861,738,3
C. Valenciana25,37,927,439,538,961,1
Extremadura3,31,33,15,50,0100,0
Galicia22,89,822,036,081,418,6
Madrid43,315,447,367,344,555,5
Murcia15,63,416,127,052,048,0
Navarra10,54,011,016,378,221,8
País Vasco51,920,344,091,354,545,5
La Rioja15,75,416,824,620,379,7
Ceuta3,80,83,57,00,0100,0
Melilla17,83,613,937,243,956,1
Fuente: MECD (2014)