El 4 de junio tuve el honor de ser nombrado “Guisandera de Oro” por el prestigioso Club de Guisanderas de Asturias, institución culinaria que desde 1997 hace bandera de la más pura tradición coquinaria del Principado, reivindicando el “matriarcado gastronómico” que se ha dado secularmente en esta provincia y que ha permitido la transmisión de unas recetas que, de no ser por las mujeres que las han ido conservando y mejorando, se habrían perdido en la noche de los tiempos.
El galardón, reproducción de una preciosa estatua de la escultora Mª Luisa Sánchez-Ocaña, me fue entregado por la presidenta casi emérita del club, Amada Álvarez Pico, y mientras recibía el pesado trofeo no podía dejar de pensar en que tenía que agradecer, de alguna manera, semejante deferencia.
Así que aprovechando que a partir del fin de semana que viene las costas y valles astures se llenarán de turistas ávidos por degustar el rico acervo alimentario de la tierra de Don Pelayo, traigo una selección de diez guisanderas que dirigen sendos restaurantes en los que puedo garantizar que la experiencia entusiasmará a quien se deje llevar por la sapiencia y el buen hacer de estas artesanas de los fogones.
Quede claro que son más de 30 las guisanderas del club, y que mi selección no es un ranking. Se da la circunstancia de que estas son las 10 guisanderas cuya cocina he podido conocer en profundidad gracias a la labor de cicerone realizada por el gastrópata Carlos Guardado y de las que, por ende, puedo hablar con conocimiento de causa. Prometo ir pasando en un futuro por el resto de locales y recomendarlos y promocionarlos como es debido.
1. Ramona Menéndez (Casa Belarmino, Gozón)
Este local, poseedor de un Sol Repsol, enclavado en un entorno de ensueño, dotado de un precioso colmado que guarda la esencia de antaño y por supuesto, de una cocina acorde al conjunto, es una experiencia en todos los sentidos.
2. Lola Sánchez (Sidrería Yumay, Avilés)
Al cargo de una de las sidrerías más dinámicas del principado, Lola les da tanto a las verdinas con las que fue Campeona de España como a los arroces que cocina primorosamente. Lola ha anunciado su jubilación con lo que este verano será la última oportunidad de gozar de su cocina… ¡corran!
3. Pili Ramos (Los Pomares, Gijón)
Sidrería Urbana con una propietaria que irradia alegría y positivismo y guisa con maestría productos como manitas, cebollas rellenas de carne, llámparas (lapas)... Sus pescados a la parrilla son también un must.
4. Yvonne Corral (Casa Telva, Siero)
Los callos a la asturiana, el jabalí con salsa de arándanos o el “cabritu” son seña de identidad de este precioso restaurante campestre en el que nos sentiremos acogidos por una familia amable y cordial.
5. Mary Fernández (El Fartuquín, Oviedo)
Este restaurante es uno de los más recomendables para comer el Pote Asturiano, plato que aquí se borda, al igual que los langostinos al ajillo, las kokotxas con alcachofas... “Fartuquín”, en asturiano significa tragón, comilón, tripero... por algo será, ¿no creen?
6. Beatriz Fernández (Los Pisones, Gijón)
Esta guisandera, que comparte los fogones con su nuera, Noelia García, me sirvió en 2021 la mejor fabada que había comido hasta la fecha. Y el 4 de junio ofrecieron la cena de gala tras mi nombramiento dándolo todo. ¿Qué voy a decir sobre una casa donde siempre me han tratado tan bien?
7. Mayte Álvarez (Casa Lula, Tineo)
En este establecimiento, sito en un entorno de gran belleza, la transmisión está asegurada con Blanca, hija de la propietaria. Lugar ideal para probar el famoso Chosco de Tineo o la riquísima “Merluza en Cataplana”, elaborada con una técnica ancestral.
8. Teresa Camacho (Bar Camacho, Anieves)
Ubicado en una vivienda obrera, este bar guarda un tesoro culinario. Hay que atravesar la cocina, para pasar a un comedor en el que los callos son el plato estrella y donde se bordan también las cebollas rellenas de bonito, el cabrito, los frixuelos…
9. Luisa María Sánchez (Casa Ricardo, Cornellana)
Quien busque una auténtica sidrería, que acuda a este establecimiento de la cuenca del Narcea y se deje llevar por la simpatía y la humildad de la pareja que lo dirige. Brick de manitas, mejillones, albóndigas de merluza… picoteo de lujo a precio popular y rica sidra muy bien tirada… un pequeño paraíso.
10. Cristina Rey (La Gitana, Gijón)
Una de las últimas incorporaciones del club, cocinera autodidacta que dirige un ecléctico bar en el que seduce al comensal con delicias como croquetas de chosco, puerro braseado con cecina... y una fabada impecable que le valió el 2º premio en el certamen La mejor fabada del mundo.