bILBAO - Un varón de mediana edad, vecino de Bizkaia que regresó hace unos días de Sierra Leona, ha obligado a Osakidetza a activar el protocolo de ébola. El paciente con síntomas sospechosos de haber contraído el virus presentaba fiebre alta, por lo que fue aislado e ingresado en el Hospital Universitario Basurto, uno de los centros hospitalarios de referencia establecidos en Euskadi.
El servicio vasco de Salud ha puesto en marcha dicho protocolo para descartar la enfermedad por este virus como medida de precaución ante un caso en el que concurren los requisitos acordados entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas. En este caso se daba además la circunstancia de que este vizcaino había regresado hace unos días de Sierra Leona, país donde había viajado por motivos laborales, aunque no trabajaba en nada relacionado con el brote de ébola ni en asuntos sanitarios.
Entre los criterios para considerar que un caso puede ser sospechoso se encuentra la estancia en una de las áreas donde ha habido casos de ébola. Y hay que tener en cuenta que Sierra Leona es uno de los países que más contagios ha registrado. Además hay que ingresar con más de 38,3 grados de fiebre, el límite considerado como posible indicio de la enfermedad. De momento se desconoce si el enfermo presentaba otros síntomas propios del virus como manifestaciones hemorrágicas o contacto con algún caso de ébola o con sus fluidos corporales.
Osakidetza quiso ayer tranquilizar a la ciudadanía y aclaró que el estado de salud del paciente es bueno y que permanecerá aislado y con seguimiento hasta conocer el resultado de la analítica practicada. En este sentido, el Departamento de Salud y Osakidetza trasladó un mensaje de tranquilidad, “ya que no hay motivos fundados para crear ningún tipo de alarma”. “En todo momento -aclaró-, se han llevado a cabo las actuaciones que marca el protocolo y que en Euskadi se encuentra activado desde el pasado mes de abril”.
Un ambiente de tranquilidad reinaba ayer en todo el recinto del hospital, incluido el pabellón Revilla en cuya tercera planta se encuentra la unidad de enfermedades infecciosas. “Aquí desde luego no ha ingresado ningún paciente con síntomas sospechosos de ébola, quizá permanece aislado en un box de baja presión de Urgencias”, indicó a este periódico una enfermera de planta. Tampoco los visitantes conocían la alarma desatada ni el protocolo activado y entraban y salían de los pabellones con absoluta libertad.
Personal de ambulancias, consultado por este periódico, indicó que disponen de una ambulancia específica destinada a este tipo de traslados y que tienen orden de dejar al paciente en Urgencias donde es recepcionado de forma especial y traslado a una sala específica de aislamiento.
La inquietud era, sin embargo, la tónica dominante entre el personal de laboratorio, donde se encontraba el propio jefe de servicio a última hora de la tarde, esperando la llegada de las muestras del presunto caso de ébola. “Dicen que tenemos que manejar equipos especiales, pero aquí no nos han llegado todavía ni las escafandras”. “¿Y qué pasa con las muestras de laboratorio? ¿las podemos manejar con el mismo equipo y qué ocurre si se contaminan las herramientas que usamos?”, afirmaba ayer un trabajador mostrando claramente sus temores y la incertidumbre que rodea a este tipo de casos.
Ante la investigación de un caso sospechoso, Osakidetza está obligada a comunicarlo a todas las personas y servicios que vayan a estar en contacto con el enfermo ya que deben usar un equipo de protección individual como mascarilla con respirador, guantes dobles, bata impermeable, cobertura total de piernas y zapatos y mascara facial o gafas. El paciente debe permanecer ingresado en una habitación con medidas de aislamiento estricto y usar instrumental médico de uso exclusivo. Todos los materiales usados tienen que pasar exhaustivas medidas de desinfección.
Las autoridades sanitarias vascas no facilitaron ayer más datos sobre este caso de salud pública e indicaron “que dado que el estado de salud del paciente es bueno, no se emitirá ningún otro comunicado hasta conocer el resultado de los análisis realizados”.
Ésta es la segunda ocasión que salta la alerta y se activa en España el protocolo ante la sospecha de un caso de ébola. El pasado sábado ingresó en el Hospital Sant Joan de Alicante un hombre de origen nigeriano con síntomas de poder estar infectado, aunque finalmente los análisis revelaron que no lo estaba. A estos casos se suman los del padre Miguel Pajares que fue repatriado a España desde Liberia y que finalmente falleció el pasado día 12.
Controles fronterizos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a todos los países africanos afectados por el brote de ébola que instalen controles fronterizos para toda persona que pretenda salir del país y evitar el viaje si la persona tiene síntomas que podrían ser causados por la enfermedad.
Contener el virus. Pide que “no se permita viajar a ninguna persona enferma que pudiera sufrir la enfermedad a menos que se trate de una evacuación médica supervisada”. La OMS solicita además más cooperación y apoyo para contener el virus.