Era 1989 y la cultura deportiva instaurada en la sociedad en general resultaba muy diferente a la actual, hasta el punto de que un grupo de mujeres guipuzcoanas quiso aportar su granito de arena para modificar el estado de las cosas. "Las modalidades femeninas no resultaban tan visibles como las masculinas. Era algo que se podía comprobar incluso en la cuantía de los premios para los ganadores de las carreras. Las cifras eran menores para las chicas. Así que nos planteamos organizar algo a modo de reivindicación. Así surgió la Lilaton", explica Marisa Sarria, una de las integrantes del equipo organizativo de la prueba, que el próximo domingo 9 de marzo cumplirá en Donostia su 25ª edición.

Será la hora del relevo. Con la satisfacción plena que otorga haber "cumplido con los objetivos", el colectivo que se ocupa de esta carrera popular para mujeres cederá el testigo el mismo domingo al Atlético San Sebastián, organizador del evento a partir de 2015. "La prueba se ha hecho mayor, goza de buena salud y ahora nosotras nos ocuparemos de otras cosas", explica Sarria, que vuelve a subrayar aquello de haber alcanzado las metas propuestas. "El recorrido siempre ha sido corto, de unos cinco kilómetros, con el objetivo de que todas las mujeres se animen. Se trata de proporcionarles una puerta de entrada al deporte, un trampolín para que luego se atrevan con pruebas de distancias superiores. Y el objetivo se ha logrado. Quitamos el miedo a participar en carreras. Las cifras de mujeres en pruebas como la Behobia dan fe de que cada vez hay más mujeres que corren", agrega.

Crecimiento desde 2005

La evolución, sin embargo, no ha sido continua. De hecho, Sarria también atribuye parte del éxito actual de la Lilaton al boom del atletismo popular en general. "Aproximadamente desde 2005 crecemos cada año de 300 en 300 corredoras". ¿Y antes? "Al principio permanecimos varios años estancadas", reconoce Sarria. "En la primera edición, en 1990, participaron 150 mujeres. Durante aquella década siempre rondábamos los dos centenares de participantes. Algunas veces nos acercábamos a las 300. Pero siempre dentro de unos números estables", agrega, antes de puntualizar que, corrieran las que corrieran, el apoyo institucional nunca faltó. "Siempre hemos contado con la ayuda de Emakunde, así como con la de los departamentos de Igualdad del Ayuntamiento de Donostia y de la Diputación Foral de Gipuzkoa".

Son apoyos que permitieron la subsistencia de la prueba hasta que, poco a poco, fue llegando la época de vacas gordas. "Como explicaba antes, a partir de 2005 la participación comenzó a subir en gran medida, y aquello provocó los lógicos cambios que hemos tenido que acometer", asegura Marisa Sarria, en relación a las múltiples variaciones que ha experimentado la prueba durante los últimos años. "Ahora se sale y se llega en el Boulevard y no en Alderdi Eder, donde habría problemas para albergar al número actual de corredoras. El recorrido también ha cambiado, igualmente por motivos de la cada vez más nutrida participación, y ahora ya no se pasa por la calle Miracruz, sino que se llega a la avenida de Navarra por La Zurriola. Y el sistema de cronometraje y clasificación lo hacemos mediante chips, mientras que hasta hace unos años era manual", explica la organizadora de la carrera.

Un nivel superior

Se trata de cambios que, a simple vista, parecen haber transformado en parte el carácter lúdico de la prueba en una cita de componente más deportivo. Y es que el simple hecho de que existan clasificaciones accesibles a todo el mundo a través de Internet ya impregna a la cita de un carácter diferente. Se trata de una evolución que, sin embargo, niega Sarria. "Ahora mismo hay apuntadas más de 3.200 corredoras para el 9 de marzo. De ellas, más de 2.000 y más de 2.500 se plantearán la jornada solo como una ocasión para pasarlo bien. ¿Que las habrá que vengan a competir? Me parece fenomenal también, pero eso no es nada nuevo. El grupo cabecero de las que salen pitando cuando se da el pistoletazo de salida siempre ha existido, incluso en las primeras ediciones", señala Sarria, quien sí reconoce que el nivel medio ha subido, según se ha podido apreciar durante las últimas ediciones.

"Ahora a los 35 minutos casi todas las corredoras han terminado el recorrido. Antes había que esperar hasta los 45 para ver entrar a la gran mayoría", concluye, en referencia a unas cifras que no son las más relevantes. Y es que las que más se valoran en el equipo de la organización de la Lilaton son las relativas al número de corredoras inscritas. Empezaron con 150. Y 25 años después dejan en manos del Atlético San Sebastián una prueba madura, asentada y cuyos números de participación no paran de crecer. Ya son más de 3.000. La mujer guipuzcoana ha perdido el respeto a ponerse un dorsal, unas zapatillas y echarse a la calle. Tras un cuarto de siglo, objetivo conseguido.

Fecha. Domingo 9 de marzo.

Lugar. Donostia (salida y llegada en el Boulevard).

Recorrido. Cinco kilómetros (Boulevard, Hernani, Zubieta, San Martín, Fueros, República Argentina, Kursaal, Zurriola, Avenida de Navarra, Zurriola y Boulevard).

Internet. La inscripción puede llevarse a cabo en Internet a través de la web de Kirolprobak.

Precio. Diez euros para las corredoras que no tengan chip de cronometraje, y nueve euros para las que sí dispongan de uno.

Plazos. El plazo para apuntarse expira a la una de la próxima madrugada.