Donostia – Tras nueve meses de trabajo intenso y de muchos encuentros a diferentes niveles políticos y de expertos, el Pacto Vasco de Salud llega hoy a su momento decisivo. Es la hora de la verdad en la que se va a decidir en la reunión de la Mesa del Pacto la hoja de ruta para el sistema público de sanidad de Euskadi para las próximas décadas. En todo este tiempo se han trabajado 24 líneas estratégicas que establecerán el nuevo rumbo de la sanidad vasca. Todo ello con una metodología basada en la escucha y en la participación de los diferentes agentes implicados en la materia.
Una treintena de agentes del ámbito de la sanidad, partidos políticos, sindicatos y universidades, así como Osakidetza y el Departamento de Salud del Gobierno Vasco (con voz pero sin voto) han integrado la Mesa por el Pacto de Salud que, tras incorporar y estudiar las enmiendas presentadas y aprobadas por los grupos de trabajo, han certificado las propuestas recibidas por los grupos de trabajo integrados por personas designadas por los miembros de la Mesa, generalmente personas de confianza o expertas en la materia.
EH Bildu, junto con el resto de los partidos políticos del arco parlamentario, salvo Vox, ha estado representado en la Mesa desde septiembre y ha participado con normalidad e intensidad en ese foro y ha designado a sus delegados para los grupos de trabajo específicos. Nueve meses después, la coalición alega que no conoce el procedimiento mediante el cual se pretenden cerrar los trabajos de este foro, tal y como señaló ayer su portavoz parlamentaria Nerea Kortajarena. La dinámica ha sido pública y transparente: los grupos de expertos elaboraban sus propuestas tras un debate abierto y luego las elevaban a la Mesa que, tras estudiar y discutir las enmiendas, votaban los documentos. Además, todos los agentes tienen desde hace tiempo un documento donde se detalla el mecanismo de funcionamiento del foro.
El consenso ha sido la tónica dominante en este proceso, hasta el punto de que las 24 líneas de trabajo –así como el diagnóstico, los principios y las estrategias– han sido acordadas, aprobadas y ampliamente avaladas, cuando no por unanimidad, en cuestiones como la prevención y vigilancia de la salud, el fortalecimiento de la atención primaria, la atención socio sanitaria, los cuidados al final de la vida, oncología, salud mental, investigación en salud o derechos lingüísticos de pacientes y profesionales.
Votaciones
La reunión de la Mesa del Pacto de Salud certificará las votaciones que durante el día de ayer y hasta las nueve de la mañana de hoy –una hora antes del comienzo del encuentro– se han llevado a cabo sobre cada uno de los 24 documentos. No se prevén sorpresas y no se espera que nadie desautorice y vote en contra de lo que sus representantes han defendido y avalado durante la elaboración de las propuestas. Cada agente tendrá ocasión de retratarse y explicar su posicionamiento sobre su adhesión y continuidad en el Pacto Vasco de Salud.
Este clima de consenso que ha reinado en torno al foro desde su puesta en marcha en septiembre se ha emborronado en los últimos días en torno a una de las líneas de trabajo: la colaboración público-privada en el sistema de salud. La sensación de disenso ha irrumpido en el momento culminante, pese a que solo afecta a un único punto, mientras que el resto de las propuestas –con la salvedad de la crítica del PP al tema del euskera para pacientes y médicos– han salido adelante sin dificultades.
EH Bildu ha vuelto a presentar una enmienda sobre la colaboración público-privada para profundizar en las privatizaciones de Osakidetza que, según desveló el consejero de Salud, Alberto Martínez, ha sido rechazada por el grupo de expertos de esa mesa. Se le dio una segunda oportunidad para ser planteada y enmendada y tampoco en esta segunda votación logró los apoyos necesarios, frente al texto presentado por el Departamento de Salud, que sí fue ratificado.
En declaraciones a los medios, Kortajarena subrayó que las privatizaciones son una de las principales causas del debilitamiento de Osakidetza y señaló a PNV y PSE para que den explicaciones. “¿Por qué no quieren discutir en condiciones?, preguntó en referencia a las prisas con las que, a su juicio, se pretende dar carpetazo al foro que, en principio, iba a culminar en marzo pasado pero que se alargó para poder profundizar más.
Para EH Bildu esta es una línea roja, al igual que para Sumar, formación que solo ha enviado representantes a uno de los 24 grupos de trabajo (el de la colaboración público-privada), dejando vacío su asiento en las otras veintitrés. Su único parlamentario, Jon Hernández, anunció ayer que no se sumará a un pacto que “normalice” la participación de empresas privadas en la sanidad pública.
El consejero Martínez ha insistido durante estos nueve meses y puesto negro sobre blanco en papel su compromiso por que el peso de la privada en la sanidad vasca ronde entre el 5 y el 6% del total. Actualmente el porcentaje de privatización es de un 5,6%. Hace unos días Arnaldo Otegi pidió al consejero un documento escrito en esos términos. “La colaboración público-privada no nos separa, la colaboración pública-privada tiene un acuerdo mayoritario de más de veinte agentes, que han aprobado el documento final, y que han aprobado alguna enmienda”, zanjó ayer el consejero.