Donostia. Los espacios de un hogar tienen diferentes necesidades de iluminación, por eso, hay que elegir el tipo de bombilla más adecuado. Uno de los consejos que da el Ente Vasco de la Energía (EVE) es consultar las etiquetas de las bombillas, puesto que ahí viene información detallada de sus características.

Por ejemplo, a la hora de elegir una bombilla fluorescente compacta -la versión más extendida de las de bajo consumo-, es recomendable consultar la cantidad de luz que produce -medible en lúmenes-; la temperatura de color -2.700 kelvin (K) equivalen a una luz blanca cálida ideal para un ambiente acogedor, mientras que 4.000 (K) responden a una luz blanca fría, adecuada para espacios de trabajo-; la duración; y la eficiencia energética -que se mide de la A a la G-.

Otros aspectos importantes son los números de encendidos, ya que las fluorescentes sólo permiten entre 3.000 y 6.000 encendidos, así que no se recomienda utilizarlas en lugares como baños o pasillos con sensores de movimiento (es decir, donde se apaga y se enciende la luz constantemente) porque se reducirían mucho sus horas de vida. A esto hay que añadir cuestiones como el calentamiento de la bombilla, debido a que suelen tardar hasta dos segundos en encenderse y hasta 60 segundos en lucir al 60% de su capacidad. Pese a esto, hay bombillas fluorescentes especiales que permiten un mayor número de encendidos, son más rápidas en alcanzar su plenitud o, simplemente, resisten temperaturas muy frías.

Los LED son otra historia, aunque plantean también algunos problemas como, por ejemplo, que no todas las bombillas LED son regulables. Iñaki Garcia, técnico del EVE, afirma que los "LED son el futuro de la iluminación" pero reconoce que, aun siendo la iluminación más eficiente que existe hoy día, "en el caso del uso doméstico es más difícil justificar la adquisición porque los costes son muy importantes". Además, como indica Rosa Mediero, de Instalaciones Eléctricas Pablo Sánchez Berasarte, los LED que se comercializan "están muy atrasados" respecto a los que se utilizan en el ámbito público, como en los semáforos. "Los focos con tecnología LED no dan mucha luz y, si la dan, son carísimos", añade Mediero. Por tanto, "dependiendo de qué aplicación le demos, habrá que elegir entre un tipo y otro de bombilla", sostiene Garcia.

Pero la propia Comisión Europea reconoce que los consumidores, en ocasiones, buscan la luz brillante de las lámparas incandescentes transparentes, usadas en lámparas araña, por su calidad y estética. En estos casos, los fluorescentes no son alternativa, "porque no pueden ofrecer el mismo tipo de luz", advierten en la web www.e-lumen.eu, ya que se parecen más a las desaparecidas bombillas incandescentes mate. "Eso significa mantener en el mercado las incandescentes de tipo halógeno, menos eficiente pero mejoradas, al menos -probablemente hasta 2016-, mientras no exista ninguna tecnología más eficiente que pueda sustituirlas", añaden.

Consejos Para ahorrar no basta con adquirir una bombilla de bajo consumo. Hay que exigirse también unos hábitos que son "importantes", como indica el técnico del EVE. En la web del ente, de hecho, recomiendan pintar las paredes y techo de colores claros para aprovechar la iluminación natural y mantener limpias las lámparas y pantallas para aumentar la luminosidad sin incrementar la potencia. Claro está, también recomiendan evitar el uso de lámparas con muchas bombillas, como las anteriormente citadas lámparas araña.