Las Juntas Generales de Gipuzkoa han conocido de primera mano la situación en Ucrania. Lo han hecho a través de los testimonios de Natalia Mykhaylevska y Valentyna Zaichenko, responsables de la Asociación Ucrania-Euskadi, una entidad que nació para estrechar lazos culturales entre ambos países y que por culpa de la invasión rusa se ha transformado en una entidad humanitaria y de emergencia para auxiliar a sus compatriotas.
Según han explicado, desde que las tropas rusas acometieron la ocupación del país, en febrero de 2022, la asociación ha atendido a unos 3.400 refugiados. “Antes de la guerra nos dedicábamos a desarrollar actividades culturales, educativas y de integración. Pero en febrero de 2022 nuestra misión se transformó. Acompañamos a los refugiados, gestionamos los centros de acogida, enviamos toneladas de ayuda a nuestro país. Y todo gracias a la generosidad de la sociedad y las instituciones vascas”.
El agradecimiento a Euskadi por el apoyo que han encontrado en estos años ha dado paso a un mensaje “claro” sobre lo que ocurre y hay en juego en Ucrania. “Hace tres años, en esta misma cámara, dije que si la guerra en Ucrania se prolongaba las consecuencias serían graves no solo para Ucrania, también para Europa”.
"El tiempo nos ha dado la razón"
Según Valentina Zaichenko, “lamentablemente el tiempo nos ha dado la razón: inflación, crisis energética, inseguridad alimentaria es lo que hemos visto en estos tres años y todo consecuencia del intento de destruir un país por la fuerza”.
Según ha expuesto , en tres años han muerto por bombardeos rusos 13.000 civiles, de ellos 500 menores, además de decenas de miles de combatientes ucranianos en el campo de batalla. Zaichenko es escéptica con los discursos que abogan por la diplomacia y el diálogo como vía para pacificar el conflicto. “Ucrania no ha empezado la guerra, nos ha venido impuesta. Lo digo con respeto pero con firmeza. No es momento de ser neutrales. Apoyar a Ucrania no es partidismo. Si Ucrania pierde Europa entera se debilita”. Ha pedido a los representantes de los partidos políticos que apoyen a Ucrania “no por compasión sino por convicción”, porque “no es un acto caridad sino de justicia”.
Valentina ha relatado lo que supone vivir bajo la ocupación rusa: “tortura sistemática, desplazamientos forzados, limpieza de todo rastro ucraniano, fosas comunes, desapariciones masivas, ejecuciones sin juicio, quema de libros, reescritura de la historia, niños robados..., ¿Ese es el modelo de paz que nos proponen para Ucrania? ¿Están dispuestas a ser cómplices de un crimen histórico como éste?”, ha cuestionado.
"Sin armas, invadidos"
Ante las intervenciones de los representantes de EH Bildu y Elkarrekin Podemos, que han expresado su rechazo al rearme de Europa y abogaron por la vía diplomática, ha dicho que a los ucranianos “tampoco nos gustan las armas, pero si no hubiéramos tenido un mínimo de armas la invasión se hubiera producido en 2014, cuando ocuparon Crimea. Y sin el mínimo de preparación que teníamos en 2022, la invasión sería un hecho”.
“Me gustaría que la diplomacia fuera la única opción, sería el mundo ideal”, ha ironizado. Y se ha preguntado qué significa “dialogar hasta el último extremo. ¿Hasta que acaben con el último ucraniano, hasta la extinción del idioma ucraniano, ese el último extremo de la diplomacia? Nosotros siempre estaremos a favor de la diplomacia, pero cuando funciona, no cuando se burlan de ella”.
Turno de los partidos
Tras la intervención de las representantes ucranianas, ha llegado el turno de los partidos. Mariví Eizagirre, de Elkarrekin Podemos, abogó por “el esfuerzo diplomático” y criticó “el incremento del gasto militar”. En términos similares se ha expresado Jon Altolagirre de EH Bildu, que ha condenado la invasión y ha animado a aprovechar la más mínima oportunidad para insistir en el diálogo. “La diplomacia y el diálogo son imprescindibles”.
Iñigo Manrique del PP; cree que el testimonio de las ucranianas pone a los europeos “frente al espejo, y no salimos muy favorecidos”. A su juicio, la guerra hace bueno la locución latina ‘si vis pacem, para bellum’. David De Miguel del PSE, ha trasladado el “apoyo total” de su partido y que ha opinado que defender a Ucrania es “defender la libertad y la prosperidad europeas”.
Por último, Ianko Gamboa, (PNV) ha recordado que la declaración de independencia de Ucrania es de 1991 y que fue refrendada en una consulta popular por el 90% de la ciudadanía. “Frente a la invasion y frente a la fuerza bruta, la legítima defensa es un derecho internacional y el pueblo ucraniano está totalmente legitimado a utilizarla”.