donostia. Las sociedades cinegéticas sacan a sorteo un total de 4.000 puestos de paloma diariamente en Gipuzkoa, para que los cazadores puedan disfrutar de esta modalidad con tanto arraigo en el territorio. Sin embargo, según indican desde la Federación guipuzcoana, aquellas personas ávidas de piezas para engrosar el zurrón, han tenido que esperar más que nunca. El pase ha llegado con retraso y había sido "muy escaso" hasta el martes pasado, cuando 450.000 aves surcaron el cielo guipuzcoano.

El presidente de la Federación Guipuzcoana de Caza, José Mari Usarraga, confirma la demora con la que el grueso de la población de la paloma torcaz inició su migración. Año tras año, 4,5 millones de aves de esta especie atraviesan la cordillera pirenaica y se dirigen al sur de la Península Ibérica, donde pasarán el invierno.

La temporada de caza menor se inauguró el 12 de octubre, con 19.000 licencias de caza y 13.400 federados en Gipuzkoa. "Tras dos años aciagos -explica Usarraga- el tercero también estaba siendo malo". El lunes de la semana pasada solamente se habían contabilizado, a gran altura por la ausencia de viento sur, 129.000 palomas en los puesto de Urruña (Lapurdi), cuando el año pasado por estas fechas ya habían atravesado el cielo guipuzcoano 1,3 millones de aves. "Los cazadores estaban desesperados", confirma el presidente de la federación.

Sin embargo, los vientos del sur hicieron acto de aparición el martes y, aunque no fueron ráfagas fuertes, fue suficiente para que "las piezas capturadas" fuesen "abundantes", tal y como detalla Usarraga.

Con la llegada de noviembre, los amantes de la otra gran modalidad cinegética de Gipuzkoa, la caza de la becada, podrán comenzar a disfrutar de su afición. "Por ahora se han visto muy pocos ejemplares. Mientras en Europa no haga frío, el número que veamos será insignificante", aclara el experto.