Donostia. ¿El sistema plurilingüístico en el País Vasco es un buen modelo?
Es importante saber, aunque muchas veces no lo parezca, que la CAV se está convirtiendo en una referencia importante a nivel europeo e, incluso, fuera de Europa. Tenemos una lengua minoritaria, que es el euskera, que se ha convertido en lengua vehicular para la mayoría de los estudiantes. Y ese proceso, no da lugar a resultados, en ningún caso, peores que cuando estos estudiantes aprenden por medio de la lengua mayoritaria. Desde muy pequeños, además de las dos lenguas oficiales de la CAV, los niños estudian inglés. Ocurre que aquí todo el mundo puede acceder a la enseñanza en tres lenguas sin ningún problema, no como en otros países, como Estados Unidos o Suiza, donde a estos conocimientos sólo pueden acceder personas de cierto nivel económico.
¿Cómo se pueden medir o cuantificar los resultados o éxitos de la enseñanza multilingüe?
Todo es relativo en cuanto al éxito. Por ejemplo, en el caso que nos ocupa, los temas relacionados con lenguas están directamente relacionados con temas políticos. Basándonos en los análisis de Pisa -que se encarga de evaluar distintos países y distintas comunidades autónomas-, podemos ver que en nuestra comunidad, siendo bilingüe, los resultados están entre los mejores del Estado español. No quiero decir, aun así, que sean resultados muy buenos. El Estado español, en general, no está bien situado. Pero es cierto que el bilingüismo no está haciendo que esos resultados sean peores. De hecho, son mejores que en comunidades monolingües.
Con lo que ¿es mejor la enseñanza plurilingüe?
Se ha visto que los alumnos bilingües aprenden terceras lenguas con mayor facilidad que los monolingües. Con lo que se puede observar que el bilingüismo y el multilingüismo tienen ciertas ventajas. Pero ocurre que la enseñanza del inglés en la escuela, aunque empiece a los tres años, no se puede comparar con la del norte de Europa. En los países nórdicos, más allá de la enseñanza escolar, hay otros elementos que facilitan el aprendizaje del inglés, como la emisión de películas sin doblar o el contacto constante con países de habla inglesa.
¿En Euskadi es suficiente la enseñanza de los centros escolares o se tienen que complementar con clases de refuerzo?
Aunque comience a enseñarse inglés a una edad temprana, si se limita a unas pocas horas a la semana y en un contexto en el que no se utiliza el inglés fuera de la escuela, los resultados no son muy buenos. Es verdad, por otra parte, que en muchos centros se está intentando dar más peso a este idioma, utilizándolo como lengua de transmisión de conocimientos. También es cierto que en nuestra sociedad muchos padres optan por completar el conocimiento que se da en la escuela, entre otros, con cursos en el extranjero o clases particulares. No obstante, no todo el mundo tiene acceso a estos recursos, con lo que sería deseable que fuese el propio sistema escolar quien ofreciese estas iniciativas.
¿La enseñanza de asignaturas como historia, geografía o matemáticas en un idioma diferente podría afectar al aprendizaje de la propia materia?
Depende mucho de la metodología, depende de cómo se enseñan las asignaturas y depende mucho del tipo de conocimiento y desde cuándo se imparte. Por las evaluaciones que se han realizado, sabemos que los alumnos que utilizan castellano en su casa y van a centros en los que se imparte la docencia en euskera no tienen ningún problema especial para adquirir conocimientos a través de la lengua vasca. Lo que no puede ser es que de repente y sin tener la base suficiente se proceda a la transmisión de conocimientos mediante otra lengua. En varios países está de moda unir el contenido de la materia a la lengua, con una metodología denominada Clil, en la que se ve que la forma más eficiente de aprender una lengua es trasmitiendo conocimiento con ella. Con esto, el alumno presta más atención que en una clase de lengua. Esta metodología se lleva a cabo desde hace mucho tiempo con el euskera.
¿Qué problema hay a la hora de hablar ciertas lenguas como el inglés?
Lo que hay es miedo. Hay un complejo de inferioridad impresionante a la hora de hablar inglés. Cuando invitamos a profesores extranjeros a dar charlas, se sorprenden porque todos los alumnos comienzan excusando su falta de conocimiento del idioma, aunque luego hablen bien. Hay un gran miedo a hablar inglés, por la falta de costumbre, probablemente. Quizás, la introducción temprana a los idiomas puede ser positiva para que esto no ocurra.
Entonces, ¿la gente se exige mucho a la hora de hablar alguna lengua?
Los objetivos son excesivamente ambiciosos. Para vivir aquí no hace falta un nivel de inglés absolutamente perfecto. Es muy bueno tener un buen nivel para tener acceso a la información y comunicarse con otras personas, pero no hace falta que sea mucho más alto. No se puede ser un trilingüe o cuatrilingüe perfecto. Eso no existe. Las personas pueden tener unas habilidades en las lenguas según cómo las utilicen y para qué. Muchos de los complejos que la gente tiene surgen porque se exige un nivel de perfección imposible. Y esto pasa con todas las lenguas.
¿Qué camino le queda por recorrer a la educación plurilingüe en la CAV?
En primer lugar, habría que despolitizar el asunto de las lenguas. Por otra parte, se da el caso de que incluso ofreciendo una enseñanza tanto en euskera como en inglés desde los tres años hasta los 16 ó 18, al finalizar los estudios no se acaba por tener un dominio completo de los idiomas. Ése es el reto que le queda por cumplir al sistema. Se podría plantear, por ejemplo, que el modelo A se centrara en la enseñanza del euskera en el multilingüismo receptivo, un tipo de enseñanza que tiene mucho éxito en Europa. Es decir, la persona que aprende la lengua vasca desde los cuatro años hasta los 18 tiene que ser capaz, por lo menos, de entender perfectamente cualquier conversación en ese idioma, si bien no pueda comunicarse en ella. Al mismo tiempo, tiene que comprender todo lo que lea en ese idioma, aunque no sea capaz de escribir en él. Se debe centrar la enseñanza en las destrezas receptivas. Más adelante, quizás, se pueda intentar adquirir otro tipo de capacidades. Aunque no se pueda conseguir un nivel tan alto como en otros modelos, deberían concentrarse los esfuerzos en desarrollar esas habilidades. En quince años tiene que dar tiempo suficiente a que ésas se desarrollen.