Tres alimentos tóxicos y habituales en la cocina que ponen en riesgo tu salud
Consumir productos en mal estado o manipularlos incorrectamente puede provocar intoxicaciones graves sin que seamos conscientes
Tener una buena alimentación no solo implica elegir productos frescos y equilibrar adecuadamente los nutrientes. También supone conocer qué alimentos pueden resultar tóxicos y cómo ciertas prácticas o despistes en la cocina pueden dañar nuestra salud sin que lo percibamos.
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Aunque a menudo pasan desapercibidos, existen productos que, si no se consumen en condiciones óptimas, pueden provocar intoxicaciones y problemas digestivos serios.
El nutricionista Gabriel Gil, popular por sus vídeos de Instagram, donde acumula un millón de seguidores, ha compartido un post en el que enumera los alimentos tóxicos más habituales en nuestra cocina.
Patatas con manchas o brotes
Uno de los ejemplos más comunes son laspatatas con manchas verdes o con brotes de raíces.
Este tipo de decoloración, que muchos consideran inofensiva, indica la presencia de solanina, un compuesto tóxico que se forma cuando las patatas se exponen a la luz o comienzan a deteriorarse.
La solanina puede causar síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal e incluso alteraciones neurológicas si se ingiere en cantidades elevadas. La recomendación es clara: si una patata presenta zonas verdes o brotes, no debe consumirse.
Frutas con moho
Algo similar ocurre con las frutas con moho. A menudo se extirpa la zona afectada y se utiliza el resto, bajo la falsa creencia de que la contaminación está localizada. Sin embargo, cuando el moho es visible, toda la pieza está afectada.
Los hongos liberan toxinas y filamentos que se expanden por el alimento aunque no se vean a simple vista. Consumir frutas con moho puede provocar intoxicaciones, reacciones alérgicas e infecciones gastrointestinales, por lo que es fundamental desecharlas por completo.
Carnes mal descongeladas
Otro error habitual tiene que ver con la descongelación de los alimentos, especialmente de la carne.
Muchas personas dejan los productos a temperatura ambiente para acelerar el proceso, sin saber que esta práctica multiplica el riesgo de contaminación.
Según el nutricionista, por cada veinte minutos que un alimento a temperatura ambiente, las bacterias y otros microorganismos pueden duplicarse.
La descongelación siempre debe hacerse en el frigorífico, de forma progresiva, para mantener la seguridad alimentaria.
Las claves para comer de forma segura
Adoptar hábitos correctos no requiere grandes esfuerzos: tal y como recuerda Gabriel Gil, consiste en elegir productos en buen estado, manipularlos de forma adecuada y respetar las normas básicas de conservación.
Una alimentación saludable va mucho más allá de contar calorías o evitar determinados nutrientes. También implica comprender cómo tratar los alimentos para que sigan siendo seguros.
Con pequeños gestos y prestando atención a señales que muchas veces pasamos por alto, podemos reducir de forma significativa el riesgo de intoxicaciones y mantener una dieta que contribuya a nuestro bienestar.
