El café ha generado dudas durante décadas en relación a sus beneficios para la salud.

Su aroma y efecto estimulante sobre quien lo consume lo convierten en una de las bebidas más consumidas del mundo, pero durante muchos años ha sido demonizado por su supuesta relación con la hipertensión.

A día de hoy esta percepción está cambiando debido a los avances en medicina y nutrición, que han permitido tener otra visión sobre café.

Tal como explicó recientemente el nefrólogo Borja Quiroga en el programa 'Saber Vivir', el problema no estaba tanto en la bebida en sí, sino en el tipo de café que se consumía.

Según Quiroga, el consumo "elevadísimo" de café torrefacto —aquel que se recubre de azúcar durante el proceso de tostado— fue el responsable de muchos de los efectos negativos atribuidos al café.

Este tipo de preparación altera su composición y puede tener un impacto negativo en el organismo. Sin embargo, el café natural sin azúcares añadidos ofrece beneficios comprobados para la salud.

Café con leche

Un antioxidante natural

El café natural contiene polifenoles y otros compuestos antioxidantes que ayudan a combatir el envejecimiento celular y a reducir el daño causado por los radicales libres.

Estos compuestos ayudan a proteger el sistema cardiovascular, el hígado y el cerebro.

Asimismo, diversos estudios han asociado su consumo con un menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer o el Parkinson, y con una menor incidencia de diabetes tipo 2.

El doctor subrayó que el café natural tiene elementos muy beneficiosos para el organismo, y, además, aporta energía, mejora la concentración y puede favorecer el rendimiento físico y mental sin efectos secundarios graves, siempre que se consuma con prudencia.

¿Aumenta el café la presión arterial?

Uno de los mitos más extendidas es que el café sube la tensión y, por tanto, aumenta el riesgo de hipertensión.

Quiroga quiso desmentir esta idea: Aunque señaló que el café puede subir "un pelín" y de forma "transitoria" la presión arterial y la frecuencia cardíaca, esto no hace que nos vayamos a convertir en hipertensos.

La cafeína tiene un efecto estimulante sobre el sistema nervioso, lo que puede producir un ligero aumento temporal de la presión. Sin embargo, en personas sanas y con un consumo habitual y moderado, el organismo se adapta a este estímulo. Es decir, no existe evidencia científica sólida que relacione el consumo moderado de café con un mayor riesgo de hipertensión a largo plazo.

Una taza de café con leche lista para degustar. Freepik

Cuánto café se puede beber al día

El doctor señaló que, en términos de beneficios a largo plazo, se pueden tomar hasta cinco cafés al día.

Esta cantidad es suficiente para aprovechar sus propiedades antioxidantes y estimulantes sin caer en excesos que puedan alterar el sueño o generar ansiedad.

Eso sí, no todos los cafés son iguales. Conviene elegir café natural y de calidad, preferiblemente molido o en grano, evitando las variedades torrefactas o de capsulas con mezclas de azúcares y aditivos. También es recomendable reducir su consumo por la tarde para no interferir con el descanso nocturno.

Una bebida que gana en reputación

Lejos de ser un enemigo de la salud, el café se ha consolidado como una bebida con numerosos beneficios, siempre que se consuma de forma responsable.

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Su efecto estimulante moderado y su aporte de antioxidantes lo convierten en un aliado que beneficia nuestra salud y bienestar.

Por todo ello, se puede concluir que tomarse un café cada mañana no solo despierta el cuerpo y la mente, sino que también puede contribuir al bienestar a largo plazo.