No es ningún secreto ni ninguna novedad que el azúcar refinado no es bueno para la salud.
Nuestra dieta debe priorizar los alimentos naturales libres de azúcar o aditivos, pero en muchas ocasiones nos dejamos llevar por el ansia de comer y no nos paramos a pensar en el daño que ciertas comidas, mayormente las ultraprocesadas, pueden hacer a nuestro organismo.
Pese a ello, es inevitable darnos caprichos y de vez en cuando y comer algún alimento azucarado. Aún así, la farmacéutica y divulgadora Marián García, conocida en Instagram como Boticaria García, explica que es en el desayuno cuando más tenemos que evitar el azúcar.
Comenzar la mañana con energía es un objetivo común para la mayoría de las personas. Sin embargo, muchas veces lo hacemos de la peor manera posible: con un desayuno cargado de azúcar.
Bollería industrial, galletas, zumos envasados o incluso cereales "fitness" suelen parecer opciones rápidas y apetecibles, pero en realidad pueden ser una trampa para la salud.
Boticaria lo explica de forma clara: si quieres evitar las subidas y bajadas de azúcar que condicionan tu día, deberías decirle adiós al azúcar en tus desayunos.
Según la experta, desayunar con un pico de azúcar es como subirse al "Dragón Khan del azúcar", una montaña rusa que te eleva rápidamente y después te deja caer en picado.
Tras un subidón inicial de energía, llega una bajada brusca de glucosa que provoca hambre repentina y antojos de más dulce, lo que hace que sigamos comiendo y sintamos dependencia hacia la comida, dificultando mantener una alimentación equilibrada y saludable.
Grasa para el hígado
El problema no solo radica en las calorías vacías que aporta el azúcar, sino también en cómo el cuerpo gestiona ese exceso de energía. Por la mañana, la mayoría de personas pasan horas sentadas en el trabajo o en clase, lo que significa que no utilizan esa glucosa de forma inmediata.
Como consecuencia, el azúcar sobrante llega al hígado y puede almacenarse en forma de grasa, aumentando el riesgo de sobrepeso y otras enfermedades metabólicas a medio y largo plazo.
¿Por qué un desayuno sin azúcar?
Según explica Boticaria, la clave está en cambiar el enfoque y optar por desayunos salados o, al menos, con bajo contenido en azúcares.
Al hacerlo, se evita el pico de glucosa y se logra una sensación de saciedad más duradera.
Alimentos ricos en proteínas, grasas saludables y fibra contribuyen a mantener los niveles de energía estables y a reducir los antojos posteriores.
La propia Boticaria García propone alternativas de desayuno saludable sin azúcar:
- Yogur natural con avena: una combinación rica en proteínas y fibra.
- Kéfir con frutos rojos: probióticos que cuidan la microbiota intestinal junto con antioxidantes.
- Tostadas de pan integral con queso fresco, tomate o aguacate, que aportan nutrientes de calidad y grasas saludables.
- Huevos revueltos o tortilla, que son fuente de proteína de alto valor biológico.
- Frutas enteras, preferibles frente a los zumos, porque conservan su fibra y ayudan a regular el tránsito intestinal.
Un cambio con impacto real
Modificar el desayuno puede parecer un gesto irrelevante, pero hay que tener muy claro que tiene un gran impacto en la salud.
Desayunar de forma equilibrada mejora la concentración, evita la fatiga matutina y favorece un control más estable del apetito a lo largo de la jornada. Además, reduce la probabilidad de recurrir antojos repentinos poco saludables durante el mediodía. Como recuerda Boticaria García, no se trata de prohibirse todo, sino de tomar decisiones conscientes que favorezcan la energía y la salud metabólica.