Aunque el verano esté llegando a su fin, el clima aún nos ofrece la oportunidad de disfrutar de días al aire libre y planes de ocio saludables y aptos para todos, como irnos de ruta a la naturaleza.

Se trata de la ruta Deba-Zumaia, un paseo donde el contraste del mar y la montaña despierta todos los sentidos: calas escondidas, un impresionante mirador llamado Mendatagaina o unas vistas brutales harán del paseo un rato inolvidable.

Esta ruta ofrece la posibilidad de realizar una parada al inicio para tomar algún refresco en el restaurante Itsas Talaia, donde cargarse de energía con unas vistas espectaculares a la costa vasca.

Conviene saber que la ruta tiene cierta dificultad, pero con un poco de esfuerzo y agua en la mochila es perfecto para hacerlo en familia.

Ideal para mente y cuerpo

Pasear por la naturaleza es una actividad sencilla pero profundamente transformadora para la mente y el cuerpo. En un mundo donde el estrés, las pantallas y el ritmo acelerado dominan nuestro día a día, caminar por entornos naturales se convierte en un poderoso antídoto contra la fatiga física y mental.

Uno de los beneficios más evidentes es la reducción del estrés. Diversos estudios han demostrado que el contacto con la naturaleza disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y mejora el estado de ánimo.

Escuchar el canto de los pájaros, el murmullo del agua o el crujir de las hojas bajo los pies genera una sensación de calma inmediata que difícilmente se encuentra en contextos urbanos.

Además, caminar al aire libre estimula la creatividad y la concentración. Investigaciones han mostrado que incluso paseos cortos en un entorno natural mejoran significativamente el enfoque y la capacidad de resolver problemas. Es por esto que muchas personas recurren a la naturaleza cuando necesitan despejar la mente o tomar decisiones importantes.

Acantilado de la ruta Deba-Zumaia @bidaier

Mejora la salud cardiovascular

Desde el punto de vista físico, los paseos por el campo, bosques o montañas contribuyen a mejorar la salud cardiovascular, fortalecer los músculos y aumentar la resistencia.

A diferencia del ejercicio en interiores, caminar por terrenos irregulares implica un esfuerzo más completo y menos repetitivo, favoreciendo también el equilibrio y la coordinación.

Finalmente, pasear por la naturaleza nos reconecta con nuestro entorno y nos invita a practicar la atención plena. Observar los detalles del paisaje, respirar profundamente y moverse al ritmo del propio cuerpo es una forma de meditación en movimiento.

Incorporar paseos por la naturaleza a la rutina semanal es una inversión accesible y poderosa para mejorar la calidad de vida. Solo se necesita tiempo, calzado cómodo y la voluntad de detenerse a sentir el mundo.