El aceite de oliva, y en particular el aceite de oliva virgen extra (AOVE), ocupa un lugar privilegiado en la gastronomía vasca, así como en la cultura mediterránea.

No se trata únicamente de un ingrediente que realza sabores y aporta personalidad a innumerables platos, sino también de un alimento con un notable impacto positivo en la salud. Sin embargo, un uso inadecuado puede hacer que se pierdan gran parte de las propiedades que lo convierten en un producto excepcional.

El cardiólogo Aurelio Rojas, a través de un vídeo en su perfil de Instagram, ha explicado de manera clara cuáles son las claves para aprovechar al máximo los beneficios del AOVE.

Según sus indicaciones, consumir al menos 15 mililitros diarios —aproximadamente una cucharada sopera— puede reducir en un 30% el riesgo de infarto y en un 28% la probabilidad de morir por demencia.

Estas cifras, respaldadas por estudios científicos, ponen de relieve el potencial del AOVE como herramienta preventiva frente a enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.

El secreto de su eficacia radica en su composición. El aceite de oliva virgen extra contiene sustancias como los polifenoles, el oleocantal y otros antioxidantes naturales que ejercen un efecto antiinflamatorio directo sobre la pared de las arterias. Gracias a ello, se reduce el riesgo de que se rompa una placa de ateroma —que puede desencadenar un infarto— y también se protege el tejido cerebral, disminuyendo las probabilidades de deterioro cognitivo o demencia.

Un hombre aliña verdura cocida con un chorrito de aceite de oliva Freepik

La importancia de elegir bien

No todos los aceites de oliva son iguales. De hecho, uno de los errores más comunes que comete la gente es consumir aceite de oliva refinado o de baja calidad, pensando que ofrece las mismas ventajas que el virgen extra.

Nada más lejos de la realidad. Únicamente el AOVE conserva intactos sus compuestos bioactivos gracias a un proceso de extracción en frío que evita la degradación de sus nutrientes.

El doctor Rojas insiste en que, para disfrutar de todos sus beneficios, el aceite de oliva debe ser siempre virgen extra.

Esto significa que procede de aceitunas en buen estado, molturadas en condiciones óptimas y sin ningún tipo de aditivo químico. Es, en definitiva, el zumo natural de la aceituna.

La clave para no perder sus propiedades

Otro aspecto fundamental es la forma de consumirlo. Aunque el AOVE soporta relativamente bien las temperaturas de cocinado, lo cierto es que muchos de sus antioxidantes y polifenoles se deterioran al someterlo a calor intenso. Por ello, los expertos recomiendan priorizar siempre su uso en crudo, ya sea para aliñar ensaladas, potenciar el sabor de verduras al vapor, enriquecer un pescado a la plancha o simplemente acompañar un trozo de pan integral.

Utilizado de esta manera, el aceite mantiene intactas sus propiedades y se convierte en un ingrediente que no solo aporta placer al paladar, sino que también actúa como un auténtico escudo protector para la salud.

Reduce el riesgo de enfermedades

Con un gesto tan sencillo como añadir una cucharada diaria de AOVE a nuestra alimentación, podemos reducir de manera significativa el riesgo de enfermedades graves y, al mismo tiempo, disfrutar de un ingrediente que eleva cualquier plato a otro nivel.