La sepsis es una afección médica grave que ocurre cuando el cuerpo responde de manera extrema a una infección. En lugar de combatir solo a los patógenos, el sistema inmunológico también ataca los propios tejidos y órganos, lo que puede conducir rápidamente a fallos orgánicos, shock séptico y, en casos graves, a la muerte.
Cada año, millones de personas en todo el mundo desarrollan sepsis, y su pronta detección puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Síntomas de la sepsis
Los síntomas de la sepsis pueden variar, pero hay signos comunes que deben generar alarma. Entre ellos se encuentran:
- Fiebre alta o temperatura corporal anormalmente baja
- Frecuencia cardíaca rápida
- Respiración acelerada o dificultad para respirar
- Confusión, desorientación o somnolencia extrema
- Presión arterial baja
- Escalofríos intensos o temblores
- Piel húmeda, pálida o con manchas
En etapas más avanzadas, la sepsis puede evolucionar a shock séptico, que se caracteriza por una caída drástica de la presión arterial y fallos multiorgánicos. Es fundamental actuar rápido ante cualquier sospecha.
Causas comunes de sepsis
La sepsis puede desencadenarse por cualquier tipo de infección, ya sea bacteriana, viral o fúngica. Sin embargo, las infecciones bacterianas son la causa más frecuente. Las fuentes más comunes incluyen:
- Infecciones pulmonares, como la neumonía
- Infecciones urinarias, especialmente en adultos mayores
- Infecciones abdominales, como apendicitis o peritonitis
- Infecciones de la piel, como celulitis o heridas infectadas
- Infecciones asociadas a catéteres u otros dispositivos médicos
Cualquier persona puede desarrollar sepsis, pero los más vulnerables son los adultos mayores, los recién nacidos, las personas con sistemas inmunológicos debilitados, pacientes con enfermedades crónicas y quienes han sido hospitalizados recientemente.
Prevención de la sepsis
Prevenir la sepsis implica principalmente evitar infecciones y tratarlas de manera adecuada cuando ocurren.
Algunas medidas importantes incluyen lavarse las manos con frecuencia, mantener al día las vacunas, tratar oportunamente cualquier infección, incluso las aparentemente leves, cuidar heridas correctamente para evitar infecciones o evitar el uso innecesario de antibióticos para prevenir resistencias.
En hospitales, la implementación de protocolos de higiene, esterilización y vigilancia de infecciones es clave para reducir los casos de sepsis adquirida en entornos clínicos.
¿Qué hacer si sospechas tener sepsis?
La sepsis es una emergencia médica. Si una persona presenta síntomas compatibles, especialmente tras una infección reciente, se debe buscar atención médica inmediata.
No se debe esperar a que los síntomas empeoren. El tratamiento temprano, que puede incluir antibióticos, fluidos intravenosos y soporte vital, mejora significativamente las probabilidades de supervivencia.
La sepsis es una condición crítica, pero prevenible y tratable si se detecta a tiempo. Reconocer sus síntomas, comprender sus causas y saber cómo actuar en caso de sospecha son pasos fundamentales para protegerse a uno mismo y a los seres queridos. Ante cualquier duda, lo más seguro es acudir al centro de salud más cercano de forma inmediata.