Un infarto es la muerte de una parte del tejido del corazón causada por la interrupción del flujo sanguíneo, generalmente debido a la obstrucción de una arteria coronaria.
Ocurren cuando el flujo sanguíneo al corazón se bloquea, generalmente por acumulación de grasa y colesterol en las arterias. Esto provoca daño en el músculo cardíaco y puede ser mortal.
La prevención incluye dieta saludable, ejercicio regular, control del estrés y evitar el tabaco para proteger la salud cardiovascular
Cómo saber si nos está dando un infarto
Los síntomas más comunes incluyen dolor o presión intensa en el pecho, que puede irradiarse al brazo, espalda, cuello o mandíbula; dificultad para respirar; sudor frío; mareos o náuseas.
Reconocer estas señales a tiempo es vital, especialmente si se está solo en casa.
En caso de sospechar un infarto, lo primero es llamar inmediatamente a los servicios de emergencia (112) para recibir asistencia médica lo antes posible.
Mantener la calma es fundamental: hay que sentarse o recostarse con el torso ligeramente incorporado para reducir la carga sobre el corazón.
Si se dispone de aspirina, masticar una tableta (300 mg) puede ayudar a reducir la formación de coágulos mientras llega la ayuda. No conducir uno mismo al hospital, salvo que no haya otra opción y la situación lo permita, ya que la condición puede empeorar rápidamente.
Mientras se espera la llegada de los servicios médicos, es importante controlar la respiración y aflojar cualquier prenda que oprima. Si se pierde el conocimiento y se ha aprendido reanimación cardiopulmonar (RCP), aplicarla de inmediato puede salvar vidas.
Cómo prevenir un infarto
La prevención es la mejor herramienta contra el infarto: mantener una dieta saludable, realizar ejercicio regularmente, controlar la presión arterial, el colesterol y la glucosa, así como evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol.
En resumen, un infarto requiere actuación rápida y decisiva. Saber cómo actuar y reconocer los síntomas puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte cuando se está solo en casa. Con preparación y hábitos saludables, el riesgo puede reducirse considerablemente.