La piel es el órgano más grande del cuerpo y es vital cuidarlo porque su estado puede afectar al resto de órganos y a la salud general. Por eso en verano, cuando mayor índice de radiación solar hay, es cuando debemos tener especial cuidado con tomar el sol demasiado tiempo y protegernos adecuadamente.
Alimentos con antioxidantes
1. Vitaminas C, D Y E
Vitamina C: la contienen mayoritariamente los cítricos como naranjas, limones, limas o pomelos.
Vitamina D: presente en los pescados grasos como las sardinas, el salmón, la caballa, el atún y el arenque y también en las yemas de los huevos.
Vitamina E: las avellanas, almendras y piñones así como las semillas de chía, lino, girasol, calabaza, sésamo y cáñamo son las principales fuentes de vitamina E.
2. Carotenoides
Estos antioxidantes son fuentes principales de vitamina A para el cuerpo humano, aproximadamente aportan un 50% de la cantidad que necesitamos de ella.
Betacarotenos
Estos los aportan las frutas y verduras de color naranja, amarillo y verde oscuro.
Verduras de hoja verde: col rizada (kale), acelgas y espinacas.
Tubérculos como el boniato, la remolacha y la calabaza. A pesar de ser un tubérculo, la patata no se caracteriza por aportar betacarotenos.
Raíces y tallos comestibles: zanahorias y espárragos.
Frutas, por ejemplo, el mango, el melocotón, el albaricoque, la papaya, el pomelo y la piña.
Licopenos
Los contienen frutas y verduras de color rojo como la sandía, el tomate y el pimiento rojo.
3. Polifenoles
Bayas o frutos silvestres como las fresas, las moras, las frambuesas y los arándanos.
Legumbres como lentejas y garbanzos.
Té verde y té matcha (té verde en polvo).
El cacao contiene flavonoides, antioxidantes del grupo polifenólico.
El aceite de oliva es también una fuente rica en polifenoles además de una grasa saludable.
La profesora Redondo recuerda que estos antioxidantes no pueden considerarse sustitutos de la protección solar, son complementos útiles dentro de la estrategia fotoprotectora.
Daños comunes de la exposición solar
Fotoenvevejecimiento: está asociado a la aparición de arrugas, manchas y la pérdida de eslasticidad en la piel.
Fotocarcinogénesis: es el proceso mediante el cual los rayos UV causan cáncer en la piel. El más común es el melanoma, un tipo de cáncer conocido por la aparición de manchas o lunares en la piel.
Alteraciones inmunológicas: la radiación UV puede inducir inmunosupresión cutánea. Es un debilitamiento del sistema inmunológico, que combate infecciones y protege la piel.
Daño ocular fotoquímico: puede producir cataratas o degeneración macular.
Según Laura Redondo, profesora de Farmacología y Dermoestética de la Universidad Europea, para un cuidado adecuado de la piel no basta únicamente utilizar cremas solares de alta protección, es necesario consumir alimentos antioxidantes.
¿Qué son los antioxidantes?
Estos compuestos protegen nuestras células del estrés oxidativo causado por radicales libres, que son fruto de la exposición solar, la contaminación ambiental, el estrés y la mala alimentación. Cuando estos radicales superan la capacidad de nuestro organismo pueden causar daños en las células de la piel y acelerar su envejecimiento.
Entre los más destacados están las vitaminas C,D y E, los carotenoides (betacarotenos y licopenos) y los polifenoles.
Beneficios que aportan los antioxidantes
1. Mejoran la textura de la piel. Ayudan a calmar y aliviar la irritación y disminuyen la inflamación, lo que puede resultar beneficioso para personas con acné, rosácea o dermatitis.
2. Protegen las células. Los antioxidantes como la vitamina C y E ayudan a reparar la piel y proteger las células dañadas por los rayos del sol, reduciendo el riesgo de quemaduras solares.
3. Retrasan el envejecimiento de la piel. Neutralizan los radicales libre, lípidos y proteínas.
4. Favorecen la creación de colágeno y elastina. Lo que mantiene la piel firme y joven.
