El consumo diario de fresas está relacionado con una mejora de la función cognitiva, una disminución de la presión arterial y una mayor capacidad antioxidante, según un estudio realizado por la Universidad Estatal de San Diego (Estados Unidos).

Este ensayo clínico aleatorizado, presentado esta semana en Nutrition 2023, la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición, se basa en investigaciones anteriores que demuestran los beneficios cardiovasculares, metabólicos y cognitivos de las fresas para la salud.

El estudio, doble ciego y controlado con placebo, se llevó a cabo en 35 hombres y mujeres sanos, de edades comprendidas entre los 66 y los 78 años. Los participantes consumieron 26 gramos de polvo de fresa liofilizada, equivalente a dos raciones diarias de fresas, o un polvo de control durante ocho semanas cada uno.

Tras el consumo de fresas, la velocidad de procesamiento cognitivo aumentó un 5,2%, la presión arterial sistólica disminuyó un 3,6% y la capacidad antioxidante total aumentó significativamente un 10,2%.

El perímetro de la cintura disminuyó un 1,1% tanto en el brazo de control como en el de intervención del ensayo. Mientras consumían el polvo de control, los participantes experimentaron un aumento de los triglicéridos séricos.

"Este estudio demuestra que el consumo de fresas puede favorecer la función cognitiva y mejorar los factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión. Nos anima que un simple cambio dietético, como añadir fresas a la dieta diaria, pueda mejorar estos resultados en los adultos mayores", ha explicado Shirin Hooshmand, profesora de la Facultad de Ciencias del Ejercicio y la Nutrición de la Universidad Estatal de San Diego e investigadora principal del estudio.

Las fresas son una fuente de muchos compuestos bioactivos. Además de proporcionar el 100% de nuestras necesidades diarias de vitamina C, las fresas contienen nutrientes cardiosaludables como folato, potasio, fibra, fitoesteroles y polifenoles.

Ensayos clínicos anteriores han relacionado el consumo de fresas con mejoras en varios marcadores de enfermedades cardiovasculares, como la reducción del colesterol total y del colesterol LDL (CT) y la disminución de la presión arterial.

La relación entre el consumo de fresas y la salud cerebral también se ha estudiado a fondo en estudios clínicos y poblacionales. Las fresas y la pelargonidina, una sustancia bioquímica que se encuentra principalmente en las fresas, se asociaron con un menor riesgo de demencia de Alzheimer.

En estudios de observación a largo plazo, se ha observado que los consumidores de fresas presentaban tasas más bajas de deterioro cognitivo.